Todos. Canticuénticos cantó varias de sus canciones acompañados por los músicos de la Sinfónica sanjuanina. (Fotos: Daniel Arias)

Son verdaderas estrellas de la música infantil. Los chicos los reconocen al instante, aunque se olviden algún rostro -que conocen porque en casa ven los videos- sus coloridos vestuarios los identifican. Canticuénticos regresó a San Juan y volvió a ser un éxito. Ayer en la plaza Hipólito Yrigoyen la "Joroba" estuvo colmada de pequeños y sus papás que cantaron desde el primer acorde. Fue un concierto especial porque el combo santafesino se presentó junto a la Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de San Juan, en el concierto organizado por la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia, el marco del 30º aniversario de la Convención sobre los derechos del niño-ONU.


El "Canticuénticos sinfónico" encantó a los sanjuaninos que ovacionaron al conjunto infantil. La batuta del profesor Claudio Sánchez dirigió las canciones que Canticuénticos prepararon en conjunto con la Sinfónica, que participó casi en su formación completa.


"Estamos muy contentos de estar acá, es la cuarta vez en San Juan, ¡gracias! Además es nuestro décimo cumpleaños, así que esto es como un regalo", dijo uno de los músicos al saludar al público.


El recital abrió con "Por qué por qué", junto a la orquesta, mostrando de qué manera podrían llegar a sonar. Entregando versiones orquestales, con arreglos realizados aquí, Canticuénticos se lució y ofreció una bella versión de Luna cansada, una canción de su segundo CD con aire de carnaval norteño, que no suelen incluir en las actuaciones en vivo y que cuando surgió la propuesta de hacer el sinfónico, ellos ofrecieron que este tema estuviera en la lista. Y el resultado fue una gran versión.


Pero además también mostraron sus temas en las versiones originales, y no faltaron "Mamboretá", "Remolino", "La murga del Monstruo", "Aca tá", "Qué chinche", por nombrar algunas. Ruth Hillar, Daniela Ranallo, Laura Ibáñez, Daniel Bianchi, Gonzalo Carmelé y Nahuel Ramayo volvieron a mostrar su capacidad para hacer jugar, cantar e imaginar a grandes y chicos. Con la versatilidad que les permiten sus creaciones, hicieron participar a los niños, cantando y moviendo las manos, pero también sumaron a los músicos de la Sinfónica, que divertidos -algunos más que otros- se prestaron al juego. Pasaron de un clima a otro y con "Hay secretos", la difundida canción editada este año que habla del abuso infantil, el sexteto conmovió desde el escenario.


Al cierre de esta edición aún faltaban varios de los hits de la banda y el público bajito seguía bailando y entonando esa música que tan bien conocen. Canticuénticos y la Sinfónica ofrecieron un gran concierto mostrando que la música para niños también puede ser de alto vuelo.

Disfrutando. Los niños y grandes que colmaron la plaza Hipólito Yrigoyen, cantaron y bailaron.