Cálidos. Duilio y Romina brindaron su canto y afecto a los pequeños del Hospital de niños.

No fue una mañana más en el Hospital de Niños. Maylén, de 7, estaba adormilada. En la cama de al lado, Joel miraba con curiosidad a estas caras nuevas de narices rojas. Prudente, el tenor Duilio Smiriglia ingresó a la habitación, junto a la mezzosoprano Romina Pedrozo. "¿Quieren que cante?", les preguntó, y los papás asintieron. A los pies de la niña de 7 años, suavemente comenzó a cantarle el Arrorró mi niño y la ternura cubrió ese área de internación del Hospital de Niños, que los artistas visitaron ayer. Antes, en consultorios externos, había pasado algo similar, sobre todo cuando entonó el Ave María a una beba, o el famoso O sole mío. Cada tanto, Romina sumaba su voz o animaba con un títere de guante y entregaba las narices rojas. Algunos más tímidos que otros, los niños -y también los adultos- recibieron con sonrisas las canciones que entonaron Duilio y Romina, dos de los solistas de la Gala Lírica que tendrá lugar hoy, en el aniversario del Teatro del Bicentenario, que acompañó esta iniciativa. 

 

 

 

 


"La idea es acercar la música, unas sonrisas y las narices rojas que son mágicas", dijo a DIARIO DE CUYO Smiriglia, quien conoció a Patch Adams e hizo algunas intervenciones en el Garraham. "El único momento que tenemos es el presente, este segundo. Y si por un segundo el niño sonríe y no sufre, ya es un montón. Y si además aliviamos la angustia de una mamá o de un médico o una enfermera, mucho mejor", subrayó el artista.