Hay discos que necesitan su tiempo, muchas veces demasiado tiempo. Este disco fue publicado en 1965, pero no era su momento. Ahora está de regreso, remasterizado y se le agregó material, sorprenderá a muchos oyentesy deslumbrará con su belleza.

Nana Mouskouri, nació en Creta (Grecia) en 1934, y a esta altura de su carrera no tiene que probarle nada a nadie. Hace 2 años, la Asociación Mundial de la Industria Fonográfica publicó que Mouskouri vendió 300 millones de discos en todo el mundo, recibió 300 certificaciones de discos de Oro, Platino y Diamante, y es la segunda cantante femenina más exitosa de todos los tiempos.

Este álbum fue grabado en New York, con la participación de dos leyendas de la música, Quincy Jones y Bobby Scott. Quincy Jones comenzó como trompetista de jazz y director big bands, también fue compositor de música para cine y se destacó como un exitoso productor pop, de hecho fue quien produjo a Michael Jackson cuando despegó al mega estrellato. Cuando se grabó este disco, Quincy era vicepresidente del sello Mercury Records. Bobby Scott, por su parte, se encargó de los arreglos de las canciones.

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Desde temprana edad, Nana Mouskouri estudió música clásica, luego se interesó por el jazz y las canciones populares tanto de su tierra natal como de otros países. El famoso compositor griego, y ganador de un Oscar, Manos Hadjidakis, fue el mentor de la joven cantante. Con sus canciones, Mouskouri ganó varios festivales de música.

Mouskouri comenzó a actuar en varios países europeos y eso llamó la atención de Quincy Jones para hacerla firmar con Mercury Records. La primera vez que Jones trabajó con Mouskouri fue en álbum “The Girl From Greece Sings” (1962), que en 1999 fue relanzado bajo el título “Nana Mouskouri In New York”.

Muchas de las canciones de “Nana” transmiten tristeza e incluso dolor. En “Johnny”, Mouskouri canta desde la perspectiva de una mujer que reverencia al muchacho que amaba “pero nunca lo supo”. En “Half A Crown” está acompañada por una guitarra y representa a una florista callejera. Su versión “If You Love Me”, de Edith Piaf, es una excelente combinación de pasión y moderación.

Escuchar hoy este disco de hace 52 años, es descubrir un extraordinario tesoro de una época en la que no faltaban los grandes discos. Nana Mouskouri consigue erizar la piel con su carisma y emotividad. No sorprende que Mouskouri, quien a sus 83 años sigue en actividad, sea una de las artistas favoritas en la historia de la música.