Son tres décadas a puro corazón, música y hermandad. De una amistad que hasta hoy perdura, aquél "Postales de este lado del mundo", esa primera experiencia como dueto, por allá en 1991, no parece muy lejano para ellos. Entre conciertos y discos y otras producciones vinculadas, Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale han aplicado un método infalible para sostener tantos años actuando juntos: complementarse en el respeto mutuo y no en la competencia. Para celebrar sus 30 años como equipo artístico, la pareja volverá después de mucho tiempo al Auditorio Juan Victoria (ver DATO) el próximo jueves, para repasar un repertorio completo de grandes éxitos como "Piedra y camino", "El témpano", "Historias de Mate Cocido", "Eclipse de mar", "Los mareados", "Ese amigo del alma", "Par Mil", "Las cosas tienen movimiento", entre muchos otros clásicos. 

Con la gira nacional reiniciada, el par de músicos vendrá "en las mejores condiciones", tal como mencionó Vitale en diálogo con DIARIO DE CUYO, días previos al show. "Somos afortunados por recuperar la conexión con el público. Esto está sucediendo en muchas ciudades, este fin de semana, la función en el Teatro Ópera resultó muy emotiva. Por eso vamos con muchas expectativas a un lugar tan precioso como el Auditorio Victoria, que hace años no tocamos allí. La gente necesita escucharnos y estaremos para ofrecerle lo mejor de nosotros", comentó el pianista y productor musical.

Por la amistad y el entendimiento entre ambos, moldearon en su propuesta diferentes formas de presentación, aunque la esencia, la estética y el concepto han sido las mismas. Hubo un lapso de tiempo, entre 2001 y el 2011, que sirvió para darse entre ellos un descanso por la necesidad de trabajar con otros artistas y en otros proyectos más personales. En el presente, ahora la dupla se amplió, ya que entraron a jugar sus respectivos hijos, Jano Vitale, Julián y Joaquín Baglietto, quienes son los músicos sesionistas que ya son parte del espectáculo. En cuanto al repertorio, hay tres ejes que sostienen la fórmula: la música popular argentina, la música rosarina y el tango, así lo define el propio Lito: "Esas tres corrientes son el leitmotiv que fundamenta nuestro trabajo de todos estos años. No somos artistas que dimos volantazos tremendos o cambios terroríficos en nuestros trayectos. Sino que encontramos un idioma que nos representa, lejos estamos de cansarnos, al contrario. Algunos músicos necesitan romper moldes todo el tiempo y otros no, en nuestro caso, disfrutamos lo que hacemos, por eso el dúo tiene vida propia por mucho tiempo más".

Sostener un repertorio no fue sencillo, en especial, cuando se trata de obras de compositores argentinos de varias épocas y estilos, pero que los nutrió y lo defienden como bandera, quizás a contracorriente de modas o mandatos de la industria musical. "Tuvimos muy claro que las estrategias de marketing de artistas y de compañías, en nosotros, no funciona, porque tenemos un perfil y un camino propio. Y porque nunca vamos a dar lo que la gente quiere escuchar, sino lo que nosotros queremos proponer. Esa es la labor del músico. Si no, de lo contrario sería todo fácil, llano y barato. Eso se parecerá más a una ecuación de negocio. En cambio, lo nuestro es una ecuación que pasa por lo sensitivo" y profundizó además su idea: "No desmerecemos las distintas maneras de encarar la música. Pero tenemos una manera de hacerlo fiel a lo que nos gusta y si repetimos una canción de hace 40 años, es porque tenemos ganas de hacerlo. No fuimos hiperexitosos, pero tampoco olvidados. A veces con el teatro lleno, otras veces hasta la mitad, logramos transitar un camino artístico positivo y estamos felices con lo que hacemos y la fidelidad que sostenemos". 

Respecto a lo sonoro, hubo varias facetas interesantes que tuvo la dupla, desde una impronta de cámara, incorporando instrumentos como chelo, violín, clarinete y flauta, hasta un extremo más electrónico y electroacústico. Actualmente, a esta amplitud instrumental, ahora se suma un aspecto que se viene afianzado con regularidad, en lo relacionado al tango canción. Y en esto, el rol de Jano, Julián y Joaquín resulta clave: "Compartir giras con los chicos se volvió necesario. Es hermoso, nos nutre mucho y suma. Hay momentos en el show que pueden lucirse y lo que pasa es muy bueno. De hecho no podrá Jano estar con nosotros, porque debe días en el colegio, si no quedará libre (ríe). Así que vendremos con Julián en batería, Juan y yo. Pero lo que se comparte en el escenario es emotivo y verlos como brillan nos pone felices". 

Desde su punto de vista y por la experiencia propia, Lito comprendió que regresar al escenario, no resultó igual para los músicos en general: "Aunque la pandemia hizo daño en la salud y en lo social, los que no disponían de armas para soportar un año sabático y defenderse, hicieron muchas cosas para ganarse un mango para poder morfar y sufrieron mucho. Ahora, varios músicos que pudieron hacer buen dinero y bancarse la parada protestaron como abanderados contra distintos gobiernos para que se ocupen de ellos y eso me pareció bastante hipócrita con su actitud", el músico argumentó que: "En nuestro caso, la pudimos pilotear, no somos personas que tenemos un buen pasar, somos laburantes y nos mantenemos como una pequeña Pyme. Pero no me gusta la autovictimización. Se pierde mucha energía en eso y no aporta nada positivo", concluyó Vitale. Finalmente, Lito prometió ofrecer en el auditorio, los clásicos infaltables y en especial "Tonada del viejo amor" y "Naranjo en flor", que sin dudas el público sanjuanino esperará con ansiedad escucharlos nuevamente en vivo. 

DATO

Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale. Jueves 11 de noviembre 21.30 Auditorio Juan Victoria. Entradas: $1.500, $1.800 y $2.000.