Cálido para hablar, alejado de las posturas de estrella, pese a que integra el selecto grupo de artistas latinoamericanos reconocidos en el mundo, Carlos Vives conversó con DIARIO DE CUYO antes de partir hacia Argentina, sobre su grato presente gracias a su reciente trabajo discográfico. Las canciones de "Vives' sonarán mañana en el escenario mayor de la Fiesta Nacional del Sol, así como aquellos temas que fueron hits a lo largo de su carrera que ya tiene más de tres décadas, además de once Latin Grammy y dos Grammy.


El colombiano, que supo combinar las guitarras eléctricas con el vallenato, llega por primera vez a San Juan y por eso mostró su expectativa por la visita; habló de su carrera, la satisfacción con su último álbum y realizó una confesión: nunca escuchó ¡Despacito!.

-¿Qué disfruta más de las giras?


-El hecho que uno va a donde lo quieren. Eso lo hace muy especial; digamos que soy bastante provinciano en eso, apegado a mi lugar, entonces visitar un sitio me provoca ese apego.


-Entonces cuesta los viajes.


-Me cuesta irme de mi casa. Sí disfruto mucho conocer, ir a un lugar donde me quieren, disfrutar de la música, donde lo podemos hacer bien. Disfruto mucho, me gusta llegar a comer lo que comen allá, conocer historia, leer mucho...


-¿Distingue con qué público está más cómodo?


-Con el público latinoamericano me he dado cuenta que nos unimos mucho alrededor de la música, descubro que tenemos rasgos demasiado similares en medio de nuestras diferencias y al final es mucha la familiaridad, la amistad, la generosidad, el entusiasmo, la alegría de espíritu. Somos un continente alegre.


-Y fuera Latinoamérica, ¿qué ocurre?


-Al final siempre me han llevado los latinoamericanos, siempre están ahí y ese entusiasmo, se le pega al local. Muchos de los colombianos saben a lo que van a mis conciertos y arrastran a otros, en Inglaterra, me llevan ingleses.... Siento algo muy común a todos, la energía, la alegría.

-¿Qué alegría le ha dado el disco Vives?


-Poder hacer un álbum en estos tiempos donde dicen que ya no se hacen álbumes. Estoy muy contento con este álbum porque alimenta mis shows, tengo canciones nuevas. Siempre cantar cosas nuevas renueva el espectáculo, al equipo, a los músicos, tenemos buenos mensajes. Si recuerdo hoy mis primeros discos de hace veintitantos años, todo era muy diferente...


-Ahora las redes son clave. ¿Le gusta este modo de difusión o prefiere como era antes?


-No, creo que la esencia no cambia. Entonces me da felicidad poder hacer un disco, seguir sacando álbumes, contar una historia. Es una herramienta positiva. Es proceso de cambio.

- Es fiel a sus raíces musicales. ¿Costó con el avance del reggaeton?


Uno escoge las cosas con todo lo que venga, pero yo decidí hacer mi música con el espíritu del folclore, pero inventarme lo mío, que tiene que ver con un proceso de industrialización del folclore, sin perder la esencia, lo espiritual de la música, esas líneas melódicas... Estuve 9 años fuera de la industria, trabajando mucho, pero sin grabar discos, y me tocó todo el cambio, toda esta revolución, de las redes y de sonidos nuevos. Que son nuevos entre comillas porque lo que después llamaron reggaeton es algo que se venía cocinando en Panamá, en Cartagena, a raíz de los ritmos africanos. Los que trabajamos con raíces nos queda muy fácil vestir lo nuestro, hacer un vallenato y ponerle un dance hall, un ritmito de reggaeton, porque va dentro de la misma genética. Yo en ese punto escogí ese camino, que se encontró con otro camino, entonces digamos que he podido disfrutar de esos sonidos nuevos, sin dejar de hacer lo que yo hago, se conecta muy bien.



-No está en la vereda del frente entonces, de ese género.


- No. Creo que el reggaeton es una cultura muy valiosa, como en todo género hay cosas que uno le gustan más que otras, algunas cosas mas elaboradas en cuanto a música y letra, otras menos elaboradas; mensajes que no son de nuestro estilo, por ser nosotros de una vertiente más romántica, completamente diferente a mucho de lo que se estila hoy, pero al final son géneros que nacieron en la transformación y muchos ritmos que aparecieron con las nuevas tecnologías también y cambios en la industria. He trabajado con algunos de ellos como Daddy Yankee, con Wisin, con el mismo Maluma. Así que también me invitan a trabajar con ellos, muchos de ellos me quieren. Ellos saben que la esencia del vallenato está comunicado con eso.



-¿Y cómo fue la experiencia de hacer dupla con Shakira?


-Muy especial. Porque fue el primer sencillo de este álbum y llegó a manos de Shakira. Se llamaba Vallenato desesperado. Shakira se enamoró de la canción y decidió estar en ella. Nunca me hablaba del Vallenato desesperado, sino que me hablaba de La bicicleta, yo sabía que iba a quedarle "La bicicleta'. Siempre se dijo que aunque veníamos del mismo país nuestra música era diferente porque lo mío era folclórico y lo de ella era más internacional. Yo siempre vi mi proyección folclórica internacional; yo creo que con este disco lo demostramos. Feliz que ella estuviera, con todo lo que le dio a la canción, su estilo y que la llevó a mercados más grandes en donde no accedíamos nosotros. Fue muy bueno, muy positivo.


-¿Con quién más haría dupla, o repetiría?


-Te confieso que me gusta hacerlo con quien quiera hacerlo conmigo. Por lo general no buscado. En el tiempo que la gente hacía esas conexiones, yo no las hacía y se empezó a dar forma natural, no era que la compañía decía graba con este artista para que entremos acá. No, hay algo de cariño, el primero con el que grabé es Michel Teló, también con uno de los mejores grupos de hip hop colombiano ChocQuib town. En este álbum tengo una colaboración con Thalia, de otra canción que escribí y le fascinó; y con una rapera de denuncia muy carismática, muy querida aquí, Cynthia Montaño, cuenta su historia de la situación del barrio donde viene en Cali. Hicimos una canción que se llama Los niños olvidados, es un mensaje a los colombianos.



-Te preocupas por tu comunidad también, ¿qué es Tras la perla?


-Tras la perla empezó como una iniciativa ciudadana que un vecino de Santa Marta quiso preguntarle a las autoridades diferentes situaciones que teníamos en la ciudad, infraestructura, con el agua, falta de civismo, problemas de sentido de pertenencia; logramos que la ciudad entrara en un plan de desarrollo del BID y así asegurar el plan de la ciudad más allá del político de turno. Trabajamos en varios frentes en la ciudad, es muy emocionante.

"Creo que el reggaeton es una cultura muy valiosa, como en todo género hay cosas que uno le gustan más que otras".


- Qué son los Grammy para usted?


-Yo la verdad que escogí hacer una música que nunca creí que me iba a llevar ninguna parte, entonces no me crié en la cultura de ganar premios, llegar a Hollywood, entonces fue como ¡guau! Al fin llegó. Así lo valoro. Es un premio que te da la gente que sabe de la industria, los músicos, compositores, los ingenieros. He trabajado con la fundación de los Grammy, los he acompañado varias veces, este año estamos entregando las becas "Carlos Vives'.


-¿Qué opinión tiene del revuelo que causó que Despacito, que tuvo tanto éxito, fuera nominada en los Grammy y no ganara ninguna estatuilla?


-No sabría decirte... te confieso que no escuche la canción (risas) Te vas a reír de mí.

-¿Nunca?


-Mi mujer cuenta esta historia riéndose... Pero ella sabe como soy yo, ella me conoce. Es que donde estoy no la ponen. No me he topado con ella.



¿Qué le da alegría a Carlos Vives?


-El sol, como buen caribeño; la sonrisa de la gente. La nostalgia, el recuerdo.

- ¿Y tristeza?


-Pucha... que me pone triste muchas cosas que uno quisiera cambiar, tantas vainas; que hemos sido unos privilegiados, no nos ha faltado nada y en nuestro país no todo el mundo lo ha pasado tan bien, todavía hay cosas muy difíciles que no despegan.

-¿Un lugar en el mundo?


-Aquí, mi país. Colombia. Donde he trabajado desde muy joven; cuanto más pasa el tiempo, sabes que tienes más compromiso con esta tierra y esta gente. Estoy tratando estos días de definirlo justamente, estoy rodeado de colectivos; en la música tengo un colectivo, hacemos teatro y es otro colectivo; en el barrio con toda la comunidad es otro colectivo.


-¿Cómo cree que será su relación con la música, en unos 20 años, por ejemplo?


-No lo sé... No me veo retirándome nunca. No soy una persona que piensa que se va a retirar. El día que me muera, descansaré.



DATO 


Carlos Vives. Jueves 22 de febrero, Fiesta Nacional del Sol, Estadio Abierto del Parque de Mayo. Entrada al show: $650, $850, $1000, $1600 y $180 (campo). Venta Teatro del Bicentenario de 10 a 20.