Homenaje emotivo. Violeta Pérez Lobos y Juan Carlos Abraham, artistas consagrados en la historia de la danza sanjuanina, tuvieron un merecido tributo en el Teatro Sarmiento. 


Apenas pasaban las 20 hs y aunque el espectáculo estaba anunciado a las 21.30, ya había fila para ingresar al Teatro Sarmiento. Pero más curioso que el interés del público por conseguir un lugar para este show libre fue la amplitud de generaciones que mostraba la fila, casi como un gráfico de línea que alternaba entre adolescentes, jóvenes y adultos. Lo que los unía era el cariño y la admiración por Violeta Pérez Lobos y Juan Carlos Abraham, artistas únicos e irrepetibles a quienes el fin de semana pasado se rindió tributo con "La danza es una sola", dirigida por Gerardo Lecich y con apoyo del Ministerio de Turismo y Cultura, que ayer al cierre de esta edición transitaba su segunda y última noche. Amigos, discípulos, familiares y admiradores colmaron la sala el sábado de estreno y aguardaron ansiosos mientras compartían anécdotas de sus vivencias con los precursores de la danza moderna en San Juan. Juan Carlos Abraham Jr. y Pierina Ciallella fueron los encargados de abrir la velada, como pergeñando este homenaje que vendría, al que le pusieron palabras y canto. Fotografías y videos de la dupla y de sus creaciones -varios en blanco y negro; y siempre pocos para los ojos hambrientos de buenos recuerdos- marcaron el clímax, entre sonrisas y un significativo murmullo de los asistentes, que reconocían y comentaban las imágenes, que quedarán luego a modo documental en Internet. Las emociones ya en movimiento abrazaron también un logrado video con una suerte de diálogo en off entre los dos grandes (bien elegidos Marcela Santandreu y Alejandro Costa, que daban con el "physique du role"), destacando cualidades y talentos. Y por supuesto, no faltó la danza. Entre aplausos y frecuentes ¡Bravo!, Marian Abraham -hija de Juan Carlos-, Gerardo Lecich, su hijo Gerardo Lecich Abraham, Natalia Riveros y Javier Luna, el Ballet San Juan nuestro tiempo, Luciana Icazatti y Matías Tello, Lucas Tello, Florencia Tejada, Rafael Lloret, Mara Mansur y Fernando Muñoz condujeron a los presentes por distintos géneros, desde el contemporáneo hasta el folclore estilizado, culminando con el tango de "Los inmigrantes de ningún lugar", creación de Sergio Molini, discípulo de los maestros radicado en Bélgica, que subió a escena para los saludos. También ahí estuvieron, visiblemente emocionados, Antonieta Chiappini y Fernando Colqui -respectivas parejas de Juan Carlos y Violeta, mentores del tributo-, y Evangelina Burgalat, "la más antigua amiga y compañera de los chicos", definieron a la bella mujer, que no faltó al encuentro. Quizás hubiera estado bueno presentarlos, han pasado tantos años... Y también hubiera sido gratificante reponer y ver algunos fragmentos de las maravillosas obras de la dupla, un deseo compartido por varios discípulos. Pero como se dijo, ante tanto legado y cariño, siempre hay ganas de más.


El final, con los jóvenes rostros de "la Viole" y Juan Carlos proyectados en gran tamaño, redobló los largos aplausos de la concurrencia, mientras los artistas -algunos tuvieron la dicha de conocerlos, otros no- hacían lo propio desde el escenario del Sarmiento, que lleva el nombre de Abraham; plataforma y testigo de la creatividad y pasión de ambos; y sobre el cual, quién sabe, todavía siguen bailando. 

  • Experiencia multidisciplinaria

Sobre el escenario circularon artistas de diferentes géneros: canto, actuación y danza, desde contemporáneo a folclore estilizado, culminando con el tango de Sergio Molini en el cuadro "Los inmigrantes de ningún lugar".

FOTOS DANIEL ARIAS