Mirtha ya pidió el remís para volver a los almuerzos. Fricky debe estar descorchando champagne. Vivi y Gerard salen de juerga. Juanita y Martín volvieron a encontrarse más tranquilos…. Decenas de chanzas ganaron la calle y las redes sociales luego que Jorge Rial confirmara ayer por la mañana en su programa radial (en La Red, perteneciente al mismo multimedio) que dejaba Intrusos y América, enojado con el canal que le había prohibido hablar de los Martín Fierro. Pero… "Ya viene Intrusos. Ojo que habrá sorpresas", twitteó él mismo unas cuatro horas después y volvió a agitar el avispero. ¿Cuál era la sorpresa en cuestión? Bueno, tampoco tanta sorpresa. Y encima ya la habían adelantado minutos antes sus panelistas Daniel Ambrosino y Pablo Layus por Twitter: "Hoy sale Intrusos a las 13.45 y mañana (por hoy) vuelve Jorge Rial". Y así fue la cosa nomás. Intrusos salió al aire, con Gómez Rinaldi en la conducción, diciendo de arranque (y repitiendo luego de cada corte) que "Mañana (por hoy) vuelve Jorge Rial y Venturita también" (explicaron que el co-equiper tenía franco, pedido ya hace varios días). "A todos los que se habían alegrado, lo lamentamos" agregó una burlona Marcela Tauro, y entonces pasaron derecho a un programa compacto, totalmente dedicado a la pelea Barbieri-Alé (informe que habían preparado para el lunes). Dijeron que Rial estaba ahí, en el piso, pero aparentemente hizo señas de que no quería hablar. Lo que sí hizo Jorge fue twittear, para dar en persona una sintética aclaración del asunto:
"Se habló. Se explicó. Se entendió. Teléfono descompuesto. Mañana vuelvo a Intrusos y vas a ver lo que trajo tantos problemas. Finish", tipeó en paralelo, mientras sus acólitos subían a la red fotos atestiguando su paso por el estudios, incluso junto a Daniel Vila, luego de su charla con el pope de la emisora, con quien se había cruzado el lunes vía Twitter.
Inmediatamente conocida la buena nueva, el "rialgate" volvió a ganar las redes sociales. Pero esta vez hubo comentarios a favor y otros que fluyeron en la corriente del descrédito. "Tiene menos palabra que un telegrama" tiró alguno, onda que siguieron ignotos y famosos (ver aparte). Así, en apenas unas horas, Rial dejó de ser ese cuasi héroe en el que se había erigido el lunes por la siesta, tras oponerse al mandato de América.
Nobleza obliga, habrá que esperar a que suene su propia campana hoy, por la mañana en radio La Red y por la siesta en América (¿tocará la misma melodía?); con lo que el culebrón vuelve a alzar el cartelito "continuará". Una cosa sí quedó clara: Si América buscaba material propio para no repetir los programas de los otros canales, esta vez funcionó. Ahora bien, más vale que la emisora afloje un poco con el tema de los contenidos (parece que algo de eso hubo), porque si no, hasta Pettinato va a tener que hablar de renuncia.
Sereno, el conductor -que había arrancando el día twitteando "buen día a los madrugadores! A los demás que se les aparezca un Martín Fierro pidiendo salir en pantalla" y "con la Panamericana atascada y los clasificados en la mano"- habló de su dimisión. Dijo que no hubo censura sino un "conflicto de intereses", que él no aceptó la orden, que le agradecía a América por todos estos años pero que llegaba hasta ahí.
"Tuve que elegir entre acepto o no acepto. Hay libertad de empresa y libertad de expresión. Yo me quedé con la libertad de decidir mía", arremetió Rial. "Con todo el dolor del mundo dejo Intrusos y sin poder despedirme de mi gente. Quiero que mis compañeros sigan con quien sea al frente. Yo di todo lo que tenía que dar y no hay marcha atrás (…) No fue un acto de calentura, no fue una operación, no me voy a ningún canal ni tengo ofertas. Me saqué el micrófono y me fui (…) Esta es la verdadera historia, pasó de manera imprevista, no busquen fantasmas", se explayo el conductor, que explicando lo sucedido -y tal vez abriendo el paraguas- había dicho "Esto es un negocio, no hay corazón en la televisión".