“¿Extrañás algo de Argentina?”, le pregunta el periodista. “No...”, dice Oscar Martínez, y hace una pausa de varios segundos que, en radio, son una eternidad. “No voy a mentir”, agrega después, al otro lado del teléfono. “Me resulta tóxica la Argentina”, se sincera.

El actor de El ciudadano ilustre y Relatos salvajes, entre otras películas destacadas de la cinematografía nacional, se encuentra en Madrid. Y desde allá, en diálogo con el periodista Gonzalo Sánchez para el programa Ladran, Sánchez, de Mitre, compartió sus impresiones sobre un desarraigo que no es tal. Porque si bien explica que aquí viven sus hijas, sus nietos y sus amigos, al viajar a España sintió un “alivio”. “Lo estaba pasando realmente muy mal”, justificó.

“El último medio año que pasé allí (en Buenos Aires) fue encerrado en mi casa: tampoco vi a mis hijas, tampoco vi a mis amigos -describió Martínez, en referencia al aislamiento obligatorio que el presidente Alberto Fernández ordenó el 20 de marzo de 2020-. Fueron los peores de mi vida. Ni estaba trabajando. Fue horrendo. Volver aquí fue volver al trabajo. Y salir de la reclusión, y caminar por la calle sin miedo. Uno se saca una mochila gigantesca, ¿no?”.

En febrero del año pasado el ganador de un Premio Konex de Platino a la trayectoria se encontraba rodando una película en Madrid: Competencia oficial, junto a Penélope Cruz y Antonio Banderas (quien en agosto le entregó por Zoom un premio en el Festival de Málaga). Semanas después la filmación se suspendió “cuando explotó todo” en España, con un pico de contagios de coronavirus. Y entonces, regresó a la Argentina. A los 14 días de estar cumpliendo el aislamiento obligatorio, por provenir de un país en riesgo, se topó con la cuarentena.

“Estuve seis meses escuchando la radio, seis meses muy angustiosos; bueno, no hay que explicar demasiado... Pero además, con la incertidumbre de si el rodaje iba a poder retomarse o no”. En ese periodo pudo hacer Murciélagos, la primera película argentina filmada y producida en cuarentena.

En septiembre, cuando España comenzó a retomar la tan mentada nueva normalidad, Martínez pudo regresar a Europa: por cuarto año consecutivo filmó allá, aunque siempre -apenas culminaba con sus compromisos laborales- se tomaba el avión para volver a la Buenos Aires en la que nació hace 71 años. Pero esta vez, fue distinto.

“En octubre concluyó el rodaje (de Competencia oficial). Primero había pensando quedarme solo hasta noviembre, después hasta marzo, porque estaban cerradas las fronteras. El mes pasado dije de quedarme hasta septiembre (de este 2021), para quedarme un año aquí, tratando de hacer la experiencia de buscar alternativas laborales”.

No es la primera vez que Oscar Martínez permanece todo un año en España: ya lo hizo cuando protagonizó ART con Ricardo Darín y Germán Palacios. En aquella oportunidad fueron seis meses en Madrid, tres en Barcelona y otros tantos en Valencia, entre 2002 y 2003. “Desde 2016 he sido convocado para venir a rodar todos los años. Lo que no me había ocurrido nunca (es lo que desde) hace un par de años me empezó a bailotear en la cabeza: la idea de invertir los tantos, estar 80% aquí y 20% en Buenos Aires”.