"Que lindo lugar para tocar que tienen acá", confesó, relajado, Horacio Romo, bandoneonista y director del Sexteto Mayor después de los primeros acordes. Y el sentimiento fue mutuo, porque si ellos disfrutaron la calidad del Auditorio Juan Victoria, el público gozó con su música. Esa fue la clase de empatía que hubo en la apertura de la temporada de Abono de Mozarteum, que tuvo a la orquesta de tango como protagonista.
El homenaje al creador del Sexteto, Juan Libertella – fallecido en 2004- estuvo presente en el inicio, como también obras de Julio Plaza, el clásico de Osvaldo Pugliese, "Mala junta", un exquisito popurrí de milongas y la genial interpretación de la obra de Piazzolla deleitaron al público, que aplaudió, entusiasta, cada vez que pudo.
Y es que esta formación del Sexteto mostró toda su potencia la noche del jueves. Sobre el escenario, Enrique Guerra en contrabajo, Fulvio Giraudo en piano, Lautaro Greco, en bandoneón y los violines de Eduardo Walczak y Mario Abramovich , los dos integrantes de la vieja guardia de la orquesta, junto a Horacio Romo, llevaron al público en un viaje imaginario por el arrabal porteño y el Río de La Plata, con alguna reminiscencia europea.
Ese tango instrumental, que es pasión pura, fue bien retribuido por el público, que aunque no colmó la sala, agradeció de pie el talento y la calidad musical del Sexteto Mayor.