Después de poco más de una hora, el público se puso de pie para aplaudir a los artistas que les habían entregado un espectáculo ágil, emotivo y de gran nivel. Aunque algunos se quedaron con ganas de más, hubo promesa de futuras galas y así los amantes del tango se fueron a casa esperanzados.
Todo había comenzado poco antes de las 21.30, en la Plaza Seca del Centro Cívico, con la Orquesta Típica dirigida por el maestro Esteban Calderón interpretando Al maestro con nostalgia, dando inicio a la Gala de Tango que programó el Ministerio de Turismo y Cultura como parte de las actividades gratuitas de Semana Santa. Lo que vino después fue una hora intensa, en la que sin pausa el tango y la milonga fluyeron sin tropiezos.
La primera voz que salió a escena fue el mendocino Diego Flores, cantor oficial de ‘la Típica’, que rompió el hielo con el tango ‘Una canción’ de Troilo y Castillo.
A lo largo de la velada, cuatro parejas del Ballet San Juan Nuestro Tiempo, incluido su director Gerardo Lecich y la primera bailarina Miriam Abraham alternaron su actuación en solitario y en conjunto, recorriendo la pista que quedó en el centro, rodeada por las sillas y las gradas de la Plaza Seca.
A su turno, Claudio Rojas cantó un bloque de tangos que dedicó a Alberto Podestá, con Al compás del corazón, Percal, El Bazar de los juguetes y Milonga de Buenos Aires. ‘La cara no me deja mentir, estoy feliz por esta oportunidad’, confesó el cantor, quien invitó al público a bailar y varios se animaron sacarle viruta al piso.
La Orquesta, que tuvo una excelente actuación, se lució además con varias interpretaciones instrumentales como Nocturna, Danzarín y Libertango.
La voz femenina la aportó Carolina San Juan, que impactó con su versión de Balada por un loco y después le puso un toque de humor -boa de plumas incluida- invocando a Tita Merello para interpretar el Se dice de mí de F. Canaro e Ivo Pelay.
Después de Quejas bandoneón y A Homero, el final llegó con La cumparsita y en la pista se mezclaron los bailarines profesionales con los amateurs, en un gran patio de tango que dejó a todos más que conformes.