Con solistas invitados, el Coro Vocacional, que dirige José Domingo Petracchini y la Orquesta Sinfónica de la UNSJ interpretaron anoche una compleja obra que recuerda el sufrimiento de María por la crucifixión de Jesús. Ante una Iglesia Catedral colmada sonó Stabat Mater, una cantata religiosa escrita por el compositor checo Antonín Dvorak, que fue ejecutada por los sanjuaninos con maestría, bajo la dirección general del mexicano José Antonio Cerón Ortega, con los solistas de trayectoria nacional María Belén Rivarola (soprano), Ricardo González Dorrego (tenor), Alejandra Herrera (mezzosoprano) y Oreste Chlopecki (bajo).
Esta obra, escrita para orquesta, solistas y coro, fue realizada por primera vez en San Juan en 1976, bajo la conducción Juan Argentino Petracchini y desde entonces no había vuelto a interpretarse hasta ahora, que se hizo por partida doble, el viernes en el Auditorio Juan Victoria, y ayer, gratis en la Catedral.
Con gran respeto, el público apreció cada segmento de la obra y, emocionados, aplaudieron en cada pausa, lo que valió la gentil aclaración del maestro Cerón Ortega de que los aplausos serían retribuidos al final, porque así podrían "seguir concentrados en la obra’. En el final, entonces, el público se unió en un solo aplauso, continuado y de pie.