Paloma Faith define a “The Architect”, su cuarto álbum de estudio, como “un disco de observación social”. Abre el disco “Evolution”, una introducción con la voz de Samuel L. Jackson, quien nos dice: “No temas a la evolución, el momento es ahora”.

 

El comentarista político de izquierda Owen Jones, aparece más tarde en “Politics Of Hope” (pista 6), para defender “una sociedad dirigida por la mayoría”, más adelante otro interludio llamado “Pawns” (pista 13), en donde las coristas de Faith explican por qué se sienten como “peones”. Tomar esta postura política es un paso valiente para una artista talentosa, con una gran voz, pero cuyo mayor éxito, “Only Love Can Hurt Like This”, es una canción de amor escrita por la reina de la balada Diane Warren.

 

A decir verdad, si hace cinco años nos hubieran dicho que escucharíamos a Samuel L. Jackson hablando sobre “no temer a la evolución” en un disco de Paloma Faith, nos habríamos descostillado de risa en el piso, después nos hubiéramos ido para luego regresar y seguir riéndonos, pero realidad superó a la imaginación.

 

 

Más allá de estos interludios que quedan absolutamente descolocados en un disco pop, “The Architect” se siente como parte del negocio de Faith, cuyos tres álbumes anteriores fueron doble platino. Ella dice que en “Guilty” habla sobre su voto a favor del Brexit, del cual se siente “culpable”, también dice que cuando interpreta “Warrior”, canción escrita por Sia, lo hace como una canción sobre la crisis de los refugiados.

 

Es difícil imaginar que la mayoría de los oyentes se den cuenta lo que Paloma quiere decir en esas canciones, para ello el disco debiera haber venido con instrucciones que nos ayuden a entender qué pasaba por la cabeza de Faith a la hora de grabar cada track, porque a simple escucha da la impresión que en realidad son canciones que hablan de las relaciones.

 

“Todos necesitamos un poco de amabilidad, toda esta crueldad es tan tonta”, canta en “I’ll Be Gentle”, un cursi dúo con John Legend. Afortunadamente, las “observaciones sociales” de Faith se establecen en algunas pistas pop-soul. “Crybaby” recuerda a trabajos R&B de finales de los 90s. “’WW3” suena como una melodía de Lana Del Rey hablando sobre batidos de proteínas. “Surrender” tiene un potente y efectivo coro con un toque de melancolía. Faith suena fantástica en todo el disco y no hay ninguna falla en su compromiso con el material, de eso no cabe la menor duda.

“The Architect” puede que no sea el álbum que ella cree que es, pero al menos debería consolidar a Faith en un nivel superior de los cantantes pop británicos. “The Architect”, es un buen disco pop con algunos mensajes políticos que quedan fuera de lugar, pero siempre es mejor esto a la falta de compromiso. Calificación: 3½ estrellas de 5.