Entre el amor y el odio en su relación con la prensa a partir de su ruptura con el actor chileno Benjamín Vicuña en una novela que colocó como tercera en discordia a Eugenia ‘China’ Suárez, desde que hizo pie en Punta del Este, Carolina ‘Pampita’ Ardohain revolucionó la topísima ciudad uruguaya. Luego de pasar Año Nuevo junto a sus hijos Bautista, Beltrán y Benicio, en un hotel boutique que tiene salida a la playa de José Ignacio y cuesta hasta 10 mil pesos la noche; la diva sorprendió a los fotógrafos y les robó una cámara para convertirse en notera por unos segundos: ‘Ahora la paparazzi soy yo’, escribió divertida en Twitter, donde compartió las instantáneas.
Fue el domingo pasado, cuando disfrutó de un almuerzo en familia en el restaurante La Huella. Como la espera se hacía larga para los fotógrafos de Caras, Gente, ¡Hola!, Pronto y Paparazzi; les envió dos pizzas y luego, sin darles tiempo a reaccionar, les pidió una máquina para disparar flash tras flash, como una reportera gráfica.
Después de la tormenta sale el sol. Y eso parece, porque, después del ataque en el motorhome donde habría encontrado a ‘La China’ con Vicuña, ambos compañeros en el film El Hilo rojo; de su evidente pérdida de peso, producto de la separación; y de tener que salir a negar los dichos de su propia madre, que habló pestes de su ex; la chica decidió hacer ohm ohm… Pese a que tiene que ver a la supuesta amante de su ex, en dos publicidades enormes colocadas en la ruta que va a La Barra, playa vip de la zona.
Así, dejó que fluyeran las versiones que la vincularon sentimentalmente con el cantante Chano Charpentier, el cantante de Tan Biónica. Él también eligió el mismo resort y se cruzaron en la piscina donde fueron retratados. La foto se viralizó y circuló la posibilidad de un romance con el vocalista (son amigos desde que Carolina le facilitó la cámara de seguridad de su casa para la causa judicial por las agresiones y el robo que sufrió el músico cuando chocó con su camioneta), pero todo se enfrió cuando él presentó en la red del pajarito azul a su nueva amigovia.
Mientras la top model dedica tiempo a sus hijos, comparte salidas con amigas y vuelve a sonreír; Benjamín alquiló un departamento ‘nada humilde’ en Buenos Aires (la propiedad más chica cuesta 2.500 dólares por mes) en el Edificio que se llamó Chrysler hasta 1994.
Por su parte, ya que pasó el temblor del escándalo (aunque quedan las réplicas), la Suárez volvió a las redes sociales con mensajes de doble sentido y lanzando indirectas a su enemiga, tales como: ‘Odiar es para los flojitos. La gente fuerte ama, ama un montón’, ‘Odien y juzguen menos. Amen incluso a los que destiñen odio’. Las mil y una noches, es un poroto al lado de este novelón argentino-chileno.