Desde que se formaron en 2004 lo más estable que tuvo Paramore fue la inestabilidad de su formación. Su música también cambió, del pop-punk original a su versión 2017 donde nos entregan “After Laughter”, su quinto disco de estudio navegando las aguas del sonido basado en las múltiples capas del synth-pop de los 80s. En esta oportunidad volvieron a trabajar con el productor Justin Meldal-Johnsen y el resultado es muy bueno.


En “After Laughter”, Paramore supo crear himnos pop que se suceden uno tras otro sin solución de continuidad. Buena parte del crédito se lo lleva Taylor York, que co-escribió todas las canciones, además resaltar que su guitarra y teclado son fundamentales en el sonido del disco. Por supuesto, Hayley Williams sigue estando en el centro, su voz proporciona calidez al álbum.
Los sencillos adelanto que la banda había publicado previo al lanzamiento del disco fueron "Hard Times" y "Told You So" dos buenas canciones pop que adelantaban de qué se trataba el material. 

“Rose-Colored Boy”, “Pool”, “Caught In The Middle”, “Idle Worship” vuelven a dar muestra de buen pop. “Forgivness” tiene algo de Annie Lennox en la época de “Diva” (1992). “Fake Happy” amenaza con ser una balada con guitarra y voz y luego se transforma en una maravillosa canción pop que promete ser un hit. En “26” no amenazan, es una hermosa balada con arreglos de cuerdas y la cálida voz de Williams. "Grudges" tiene un arreglo que recuerda un poco a “Friday I’m In Love” (1992) de The Cure.


En “After Laughter”, Paramore logra un disco fresco que no deja de lado la madurez que ganaron con mucho esfuerzo, peleas internas e idas y vueltas a lo largo de su trayectoria. Esto se nota en todo el disco pero particularmente en "Tell Me How", la canción que cierra el disco. Allí Hayley canta sobre pérdidas, separaciones y levantarse nuevamente.

Cada álbum de Paramore ha sido un grito de batalla ganada porque es una banda que luchó y sobrevivido a las rupturas.
“After Laughter”, 12 canciones en 43 minutos, canciones pegadizas, de fácil escucha. Si, es pop, no es pecado, hay muy buena música y muy buenos intérpretes con propuestas muy interesantes en el terreno del pop, Paramore es uno de esos casos.