Es chilena, tiene 24 añitos, se llama Nicole Moreno, pero nadie la conoce con ese nombre sino bajo el apodo de Luli Love que le copió a Luciana Salazar, una vez que coincidió en un programa de espectáculos del vecino país con la curvilínea sobrina de Evangelina que se colocó ese mote para una producción de Playboy. En Argentina, era una total desconocida hasta que el reality Soñando por bailar -la producción de Ideas del Sur para Canal 13- la lanzó a la farándula argenta con el propósito de hacerla girar en la pista de Bailando por un sueño 2011.

Nacida el 22 de agosto de 1987, Nicole mide 1,66 y pesa 58 kilos. Con su carita redondeada, sus bucles dorados y sus curvas infartantes -gracias a la magia del bisturí-, esta bomba sexy tiene hambre de fama (no por nada se puso el mismo pseudónimo de la argentina que pagó su derecho de piso mucho antes que ella).

Insaciable, la muchacha sacó sus garras para alimentar su apetito. Así es que aprovechó las infidelidades de su pololo porteño, el bailarín Hernán Cabanas que tuvo amoríos con otra de las participantes del certamen de baile ideado por Marcelo Tinelli, para darse a conocer en la pantalla chica albiceleste. En su debut en los estudios del solcito, tuvo que presenciar -a través de un video- cómo su novio tenía relaciones con otra. Claro que, el despecho le dio réditos ya que el canal volvió a convocarla por las mediciones que marcaba el rating.

Bailarina de espacios nocturnos, cobró notoriedad en su país, hace cuatro años, bailando en el programa de chismes SQP. Su figurita comenzó a hacerse habitué de los estudios de TV por sus romances con futbolistas y políticos.

En 2009 fue una de las participantes de Fiebre de baile (la versión chilena del Bailando...) y hasta grabó canciones. Ahora, fue una de las bellezas del Festival de Viña del Mar. Sin embargo, no pudo contra la cordobesa Andrea Dellacasa, Nana -del grupo ucraniano A.R.M.I.Y.A., participante de la competición internacional- y su compatriota Pamela Díaz.

En la actualidad, sube a escena en la revista de Ernesto Belloni en Viña. Si bien, sus planes son cruzar la cordillera para concretar proyectos que prefiere mantener bajo siete llaves, según publicó el diario chileno La Cuarta. La polola se viene con tutti.