Rica, movilizante e imponente a los oídos, no son pocos los incautos que al escuchar Carmina Burana la confunden con alguna expresión musical de carácter religioso. Conocida es en San Juan, de hecho, la anécdota que cuenta que hace varios años se puso como música de fondo en una entrevista mediática con una autoridad de la Iglesia Católica de la provincia, ante la mirada atónita de los entendidos. La confusión se acentúa cuando, desconociendo la traducción (fueron escritos en latín y alemán antiguo) se llega a saber que esos versos fueron pergeñados por monjes goliardos. Pero... La obra cumbre del compositor alemán Carl Orff que esta noche subirá a escena con un gran despliegue en el Auditorio Juan Victoria (ver aparte) está muy lejos de ser una oda a la santidad, la castidad, la espiritualidad o a los valores. Más bien es todo lo contrario, una exaltación de los placeres terrenales, que tiene su correlato histórico.

Los goliardos eran clérigos y estudiantes de vida licenciosa, pertenecientes a una orden de origen desconocido, que escribieron estos poemas profanos en señal de rebeldía contra la sociedad medieval, su escenario. Con erudición y desfachatez, Cantos de Beuren (el significado de Carmina Burana, aludiendo al monasterio Bávaro de Benedikt, en Beuren, donde fueron hallados los textos) hacen apología del placer carnal, la sensualidad, el vino y la comida; y satiriza sobre el poder feudal y eclesiástico de la época, entre otras cosas. Pero por sobre todo, alude a la caprichosa Diosa Fortuna, representada por una gran rueda incontrolable, en cuyas manos está el azaroso destino de todos los hombres. "Fortuna, variable como la luna, como ella creces sin cesar o desapareces", lamenta en uno de sus pasajes.

Estos versos fueron recopilados en 1847 por Johann Andreas Schmeller (son unos 200 poemas y canciones escritos entre los siglos XII y XIII, y constituyen la más importante y completa colección de poesía lírica en latín medieval) y editados y musicalizados por Orff en 1937, convirtiéndose en una de las obras corales e instrumentales más significativas de todo el siglo XX.