Hasta que las condiciones sanitarias sean favorables y llegue el tiempo para empezar a habilitar espacios y salas, referentes autoconvocados del teatro independiente empezaron a movilizarse y a intercambiar ideas y propuestas al respecto. En principio, algunos titulares de espacios reconocidos, elevaron un pedido al Ministerio de Turismo y Cultura de la provincia solicitando una excepción para concurrir a los espacios de producción artísticos, con el objeto de realizar ensayos. Representantes de la Sala Z (Antonio De Tommaso), El Avispero: Escénica (Ariel Sampaolesi), Teatro Cooperativa de Arte (Mónica Calvo), Biblioteca Franklin (Renato Ramírez López) y Títeres en Serio (David Gardiol) proponen retomar las producciones suspendidas por la restricciones vinculadas al estado de la pandemia", con el propósito de generar "contenidos vía streaming desde los espacios; tareas de creación y entrenamiento de los elencos, cumpliendo a la vez con los protocolos sanitarios y respetando el distanciamiento social, sin concentración de espectadores", reza la carta. 


"Lo que planteamos, al gobernador, a Salud Pública y al Ministerio de Cultura, es que se revea nuestra situación No hablamos específicamente de un protocolo concreto para un espectáculo abierto, pero por ejemplo, estaría bueno como se hace en Salta y en Buenos Aires, que se elaborara un protocolo para sonidistas y técnicos, para los trabajos de grabación y producción creativa", explicó el titiritero David Gardiol. En el hipotético caso que lleguen a plantear algún protocolo, no será tan diferente cómo el que se viene concretando en otros ámbitos: el uso de tapabocas o barbijos para artistas y espectadores, desinfección de alfombras, lavandina para los pies en la zona de ingreso, uso de alcohol en gel; ocupación de butacas reducida de la sala; un intervalo de desinfección entre ensayo o función continuada; y trabajar con formatos unipersonales, solistas o de pocos artistas en escena. En este sentido, el gestor de Títeres en Serio, señaló que, "la decisión de todos los espacios independientes ha sido la de espera a lo que responda el Ministerio de Turismo y Cultura y qué protocolo pueda presentar. Consideramos que será más fácil alinearse a eso. Nosotros podríamos sugerir la distancia entre artistas, limpieza de superficies o el no uso de camarines, evitar los tiempos de espera, etc. Pero no podemos hacer nada hasta que las autoridades no definan qué hay que hacer. Tampoco vemos que sea la mejor semana para solicitar cosas porque el clima social está bastante tenso", añadió.


Por su parte, Ariel Sampaolesi, de El Avispero: Escénica, manifestó: "El teatro independiente está paralizado desde el 10 de marzo y a nadie parece importarle. Hay provincias como Tucumán que ya abrieron los espacios de teatro con ciertos protocolos de distanciamiento y protección. Hay propuestas de otras salas del país y del mundo que ya están elaborando protocolos para funciones con asistencia de público". El actor, director y gestor, expresó que saben de la propuesta enviada por las academias de danza, y dijo que tal protocolo "podría adaptarse a nuestro caso, con nuestras necesidades para ensayar o dictar talleres, pero no hemos realizado una propuesta específica". En los últimos 4 años, manifestó que se vieron obligados a absorber aumentos tarifarios de hasta el 1200% y al mismo tiempo de una disminución de asistencia de espectadores y la pandemia terminó de complicarlo todo: "Estamos pensando en cerrar el espacio, después de 19 años ininterrumpidos de actividad", se lamentó el teatrero.


Renato López, de la sala de la Biblioteca Franklin, también coincidió que el golpe económico es profundo: "todos dejamos de percibir el borderaux de los espectáculos. Tenemos una gran reducción del ingreso en ese sentido y por otro lado, de los alquileres de los elencos para el ensayo y escuelas de teatro. Faltarán seis meses como mínimo para llegar a cierta normalidad". Sin embargo, tiene en mente algunas ideas al momento de reactivar la sala para recibir a los grupos y al público: "Es muy incipiente, pero presentaremos un protocolo para ensayos y talleres, una vez que se habilite esto, cuidando la salud de los que asistan".


Por el caso de Sala Z y Sala IOPPS, Antonio de Tomasso, consideró que "prácticamente damos el año por perdido. Si nosotros aplicáramos la reducción del 30% del público para una obra, no llegamos a cubrir los altos costos de mantenimiento. No podríamos pagar la boleta de electricidad -que nos llegó este mes unos $47 mil pesos-, con las dos salas son necesarios contar con 90 mil pesos cada mes para montar un espectáculo. Nosotros presentamos esta carta con la esperanza de recibir una ayuda del gobierno provincial como lo hace con los clubes deportivos". Y agregó: "El panorama es muy malo para las salas independientes. La pregunta que nos hacemos todos es sí aguantaremos hasta diciembre". Mientras la pandemia siga vigente, la situación podría empeorar para el sector: "Tenemos fe que el gobierno nos va a responder de manera favorable para soportar esta situación. No queremos estar obligados a que el espacio se convierta en un salón religioso para una iglesia o en una playa de estacionamiento", concluyó De Tommaso.


Así las cosas, por el momento la principal inquietud de los teatreros y administradores de las salas independientes de San Juan es volver a trabajar aunque sea sin público. Sin embargo, la mayor preocupación, coinciden todos que al no tener actividad que les genere ingresos, se les hará imposible sostener dichos espacios. Por ahora, esperan que el Estado provincial responda el reclamo de este sector cultural, uno de los más castigados por la pandemia. 

> Esperan respuesta


Unas 160 escuelas, academias e institutos de danza y música se organizaron para elevar un protocolo de actuación a los organismos de cultura y de salud pública de gobierno. El pedido, resalta la necesidad de sostener sus estructuras y puestos de trabajo, respetando siempre los recaudos necesarios. En la elaboración del proyecto estuvo a cabo Adriana Albernez, directora de la Escuela Colores de Oriente, de Danzas Árabes de Caucete, alumna de Fatme y también, médica pediatra y especializada en arte terapia. Entre las principales puntos figuran la desinfección en vestimentas y calzados al ingreso del salón de clases; uso de doble barbijo, uno al ingresar y otro para uso en la clase; restringir el uso de camarines; distanciamiento entre alumno y profesor; períodos cortos de permanencia en el espacio (de 40 minutos a una hora); intervalos entre cada clase de 20 minutos para una desinfección del salón, de la barra de danza; de instrumentos musicales; que los alumnos lleven su propio instrumento; anular los sectores de espera; y trabajar con el 50% del cupo de alumnos inscriptos, dependiendo del tamaño del espacio físico de la sala; y que se trabajen con alumnos de 14 años en adelante. "Este protocolo es para enseñanza musical, teatral y danza. No tenemos libre demanda, somos grupos reducidos y con personas conocidas. Necesitamos trabajar, no recibimos subsidios del Estado, dependemos solo de la cuota del alumnado. De alguna manera debemos retomar ciertas actividades porque estamos parados. Esto serviría para una primera etapa", dijo Albernez. El protocolo fue recibido por Virginia Agote, Secretaria de Cultura. "Sabemos que tienen propuestas de otros sectores y actividades, nos dijeron que hay que esperar. De cualquier manera, estamos abiertos a cualquier modificación y dependemos de los tiempos epidemiológicos", apuntó.