Un sabor amargo, y más de una lágrima, dejó el estreno de "Quijote al Bicentenario', ambicioso proyecto de la RIPE (Red Integral Privada Educativa) que lamentablemente no tuvo el brillo esperado ni deseado. El viernes pasado, en la segunda función, el público y los medios presentes en la sala se desayunaron con que la pareja protagónica (que muchos habían ido a ver) no estaría en escena. No era poca cosa, tratándose del regreso, y del debut en el máximo coliseo provincial, del sanjuanino Guillermo González; figura estelar junto a su esposa, la uruguaya Lucía Piccini, quienes tampoco bailaron anoche (al cierre de esta edición se perfilaba la tercera y última gala). En su lugar, lo hicieron Luz María López y Fernando Muñoz (con fuerte apoyo del elenco y el aplauso del público) y al cierre de esta edición, López y Jonathan Martini, solista del ballet del teatro del Libertador de Córdoba, que contrataron ipso facto.

Reemplazo. Luz María López y Fernando Muñoz (centro), los bailarines locales que hicieron el reemplazo el viernes.

Ante la curiosidad que generó la notable ausencia de la dupla, el malestar que comenzó a ganar terreno puertas adentro y afuera; y los comentarios en redes sociales y publicaciones online; tanto la RIPE como González dijeron lo suyo.


"La primera figura masculina presentó un certificado médico en el que se diagnostica una crisis hipertensiva y se le indica reposo y control por 48hs. por lo que le imposibilita cumplir con lo establecido. Por su parte, la primera figura femenina manifestó una dolencia durante el ensayo general; por lo que esta institución decidió el reemplazo de ambas figuras, por figuras de primer nivel', dice parte del escrito difundido por los organizadores del espectáculo. "Nosotros también estamos muy consternados porque se ha trabajado mucho en este proyecto. Era una jugada muy fuerte, porque toda la producción la hizo la RIPE... y bueno, con mucho profesionalismo se trató de salvar la situación', agregó Mónica Munafó, presidente de la asociación.


A todo esto, trascendió que la salud del bailarín se vio resentida luego que la organización le pidiera cambiar de compañera, tras considerar que el desempeño de Piccini en los ensayos y en la primera función, el jueves, había sido poco feliz. Se habló de una dolencia que ella habría manifestado en el ensayo y por la cual habría pedido modificar algunos pasajes (como los famosos fouettés), cosa que se hizo, pero igual no conformó. La sugerencia de separarla del rol habría sido para preservar la salud de Piccini, garantizar la calidad de la performance de González y la del espectáculo; a lo que el bailarín se opuso terminantemente, para luego abandonar la reunión enojado. Se dijo que ese viernes por la tarde Guillermo comunicó su problema en la espalda por una cuestión de nervios y que se retiró del teatro con su mujer y no regresó; ante lo cual, el director del complejo junto a abogadas del Teatro y la RIPE y una escribana llegaron hasta el domicilio familiar de González a labrar un acta para dejar constancia de lo sucedido, y allí González les presentó el certificado médico. Que esa misma tarde, apenas horas antes de la función, debieron elegir a los reemplazos: López, una sanjuanina radicada en Córdoba que está en San Juan por otra obra y se desempeñaba como asistente, que había bailado Quijote en Córdoba, lo que facilitó las cosas; y Muñoz, que era uno de los toreros principales, y que debió aprender el nuevo papel contra reloj. Sin tiempo suficiente, ese viernes se modificó el primer acto, se sacó una variación del segundo, y los solistas, pas de deux y coda del tercero. El sábado, ya con el bailarín cordobés (junto a López), El Quijote volvería completo a escena.


En medio del descontento -algunos dudaron de la lesión de Lucía, otros opinaron que ella y el entorno debieron alentar a Guillermo a continuar, ya que San Juan lo esperaba; y hasta se cuestionó que los chicos no se quedaran a "bancar' a sus colegas- el bailarín del SODRE dio su versión.


"No nos bajamos. El día del ensayo general, mientras ensayábamos, decidimos marcar algunas cosas porque teníamos el estreno y dos funciones más, para estar bien. Se nos acercó gente de la RIPE y nos pidió que Lucía no marcara, porque se estaban poniendo nerviosas. Les dije que se quedaran tranquilas, pero ese comentario en la mitad del ensayo la puso nerviosa a Lucía y le vino una contractura en la pantorrilla. Sugerimos que como eran tres funciones seguidas y para nosotros era un desafío, que hubiese un cambio en el final, ellos dijeron que estaba bien. Esa noche, en casa me llega un mensaje para que tuviera en cuenta la posibilidad de un reemplazo para Lucía, que estaba a disponibilidad. Eso me cayó bastante mal', contó González. El artista dijo que al día siguiente, jueves de estreno, recibieron el aliento de los organizadores y felicitaciones luego de la función. Pero el viernes pasado al mediodía, recibió la citación urgente del teatro. "Me dijeron el director y las integrantes de RIPE que habían resuelto que Lucía fuera reemplazada para cuidarla a ella y que era lo mejor para mi carrera, y que querían que yo acompañara la decisión. Yo dije que estaban decidiendo por mí, que no estaba de acuerdo. Me dijeron que debía acatarlo, que era una resolución tomada. Da la casualidad que el reemplazo es la hija de una de las organizadoras, como que estaba siendo orquestado de antes. Entonces me fui', agregó. "Llegué a casa con la cara blanca, me empecé a sentir mal. Me parecía un juego sucio, mi esposa es una bailarina profesional. Ella se puso mal pero me dijo que fuera a bailar, y le dije yo que así no podía. En la siesta del viernes, contó, comenzaron a llamar a su casa, le dijeron que estaba todo bien, que fueran ambos. "Nos presentamos los dos en el teatro y apenas llegamos le dijeron a mi esposa que la iban a reemplazar'. El bailarín dijo que entonces informó que no estaba en condiciones de bailar por los nervios que había pasado, avisó que se iba al médico, que eso hizo y de ahí a su casa.


"A mí me rompieron la ilusión. Ha dañado la autoestima de mi esposa y me ha dañado a mí en esta situación de manoseo' dijo Guillermo, que contó que mucha familia, incluso de Uruguay, se quedó sin verlos. "Vinimos a vivir algo hermoso y lo transformaron en algo espantoso. Pero bueno, tratamos de llevarnos el recuerdo del estreno, que fue algo muy hermoso', sostuvo Guillermo, ahora en el ojo de tormenta.

Foto: Daniel Arias

Desde RIPE
En el contrato de González-Piccini con la RIPE hay una cláusula que habla de la devolución del dinero, "pero no vamos a hacer nada porque no queremos dañar ni el buen nombre de él, ni del teatro ni de la RIPE. Él es un bailarín muy valioso, pero no se ha dado cuenta de las consecuencias de su decisión. Es una situación lamentable para todos', dijeron desde la institución.

Guillermo González
"Enmascararon una dolencia como una lesión, para sacarla (a Lucía) y que bailara esta bailarina sanjuanina. Lo veo como una mala jugada. Lo que hicieron los chicos (Muñoz y López) está bien. En el caso del varón sobre todo, en el caso de la mujer no lo veo como algo tan valedero porque es algo que sabía desde la una de la tarde y vaya a saber desde hace cuánto'.