Además de un reconocimiento fue un mimo a su alma, apenada aún por la pérdida de su compañera, lo que junto a algún inconveniente de salud hicieron que casi no viajara a Buenos Aires. Pero el honor de ser homenajeado por el Senado nacional pudo más y así, el martes pasado, en le sexta edición de la fiesta de San Juan y Mendoza titulada "Para el tiempo de cosecha", el poeta y músico sanjuanino Saúl Quiroga recibió dos placas por su trayectoria artística y su aporte a la cultura federal.
A dos años de cumplir los ochenta, este porteño de nacimiento pero vallisto por adopción -a los siete se trasladó a la provincia con su familia- tiene en su haber valiosas letras (Corazón, La pollerita, Me hiciste mal, entre otras) que entonaron los intérpretes más destacados, como la Negra Sosa; y puede expresar con orgullo que su inspiración en Don Buena, Montbrun Ocampo e Hilario Cuadros dio sus frutos.
"Me siento sorprendido porque es demasiado grande esto para mí, nada menos que en esta Cámara, con el auspicio de la Casa de San Juan en Buenos Aires… Estas cosas ayudan también a mejorar las penas’, dijo a este diario el cantautor, defensor a ultranza del folclore nacional, de la conservación de la tradición y de la necesidad de volver a una cultura de la educación y del esfuerzo para las generaciones venideras.
En este sentido, se solidarizó con la otra cuyana homenajeada, la mendocina Carmen Guzmán, quien manifestó contundente que "quien se sea capaz de modificar lo que está hecho con gran capacidad y conocimiento, que sea capaz de crear pero no de corregir, hay bailarines que bailan la zamba de frente, que en Cosquín se ponen un corpiñito y una un bombachita muy breve y se abren de piernas cuando nuestras paisanas y nuestros gauchos siempre han sido tan meticulosos" según palabras de la trovadora. "Esta señora ha dicho lo que yo exactamente hubiera dicho", sentenció Quiroga, quien la escuchó atentamente y fue el primero en aplaudirla.
Quizás para algunos suene ortodoxo, pero cuando Saúl hace alusión a la situación actual del folclore y a sus exponentes, rescata algo esencial: "Deben perder ese afán y desesperación por subir al escenario, grabar con micrófono y hacer un disco. Hay que volver a las fuentes, ver qué les aportan sus pagos, y sobre todo informarse y formarse’. Y rezonga también porque a los de su generación "ya no les dan bolilla’.
Ese es el auténtico Quiroga que mereció una fervorosa premiación y ovación del público presente; uno de los representantes indiscutibles de la cultura sanjuanina.

