Lali fue consecuente con lo que pedían sus fans. No faltó baile, sonrisas, diálogos y mucha puesta tecnológica para cautivar a las adolescentes. 

Las luces, las imágenes proyectadas en pantallas gigantes, la puesta escenográfica y musical, hasta la devoción de las fans jugó en función de la presencia protagónica que se le llevó todas las miradas: Lali Espósito ofreció un show de alto impacto visual y coreográfico que no se guardó nada. El espectáculo de "Brava Tour", que promociona su tercer disco de estudio y por el cual fue un gran éxito comercial en el Luna Park, se adaptó a las tablas del Teatro Sarmiento y tal como era previsto, la devolución de las leales y seguidoras teens fue absoluta y sin fisuras. Un gran número de adolescentes, aunque no lograron colmar las 800 butacas de la sala, permanecieron en pie y muy cerca del escenario para no perderse ningún detalle. 

Aunque la sala no estuvo llena, hubo una fuerte presencia de leales y fieles seguidoras de Espósito. 


Muchas con sus celulares encendidos registraban cada movimiento, pose, gesto y palabra de su ídola y acompañando todas las canciones propuestas, sin perder de memoria las letras. 


Al igual que hizo en el Luna Park de Buenos Aires, Lali incluyó en su repertorio temas de "Brava" como "Besarte mucho" y "Somos amantes". Tampoco faltaron "Boomerang", "Mi religión", "Mil años luz", "Asesina", "Reina", "Único", "Vuelve a mí", "Tu revolución" y "Bomba". Por su puesto, entre los momentos que más ebullición provocó en las chicas, fue al momento de interpretar los hits "Irresistible" y "Soy".

Pop y reggaetón fue lo que predominó en escena con osadas coreografías.


En cuanto a la escenografía, se montó sobre el escenario una especie de jardín vertical decorado con rosas, labios rojos y gigantes y calaveras. Pero el fuerte del espectáculo fueron los cuadros coreográficos y el acting de la cantante, que con posturas osadas y sugerentes causaban un fuerte impacto en la platea que no tomaba descanso para cantar y bailar. Desde algunos rincones, se escuchaban constantes gritos de algunos espectadores que se animaban a gritar "¡Te amo, Lali!". Durante casi dos horas de show, la artista animó con sus bailes y trajes, pero también hubo un público incondicional que le propició el terreno ideal para que pueda desenvolverse con total espontaneidad, sin limitaciones.

La "lalimanía" caló fuerte y las chicas pedían una y otra canción más. (FOTOS: DANIEL ARIAS)