Ernesto Sábato tuvo una relación especial con San Juan. Fue su ahijada, sanjuanina por adopción, Érica Aguilar, quien generó el vínculo que lo llevó inaugurar en la provincia uno de los siete comedores infantiles de la Fundación que lleva su nombre creados para asistir a niños pobres.

En 2003 el laureado escritor se quedó todo un fin de semana en San Juan. El sábado 24 de mayo la Universidad Nacional del San Juan le otorgó la distinción de Honoris Causa, a través de la Resolución 35 del Consejo Superior, destacando su tarea en 1985 como coautor del "Nunca más", el informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas. El homenaje fue en el Auditorio Juan Victoria, donde no cabía un alfiler. Sábato subió al escenario del brazo de Érica, su indiscutible nexo con San Juan.

Compartió el festejo patrio del 25 de mayo en La Bebida, en el lote hogar 30, donde inauguró "El Fogón". Era tal la prioridad que le daba al trabajo solidario y al festejo programado en San Juan, que decidió no asistir a la asunción de Néstor Kirchner y hasta el Príncipe Felipe de Asturias tuvo que reprogramar el encuentro que tenía con el escritor ese fin de semana.

El propio Sábato contó a DIARIO DE CUYO, por qué había elegido a San Juan para uno de sus fogones. "Fue por conocer aquí a una persona muy responsable y capaz, Érica Aguilar, a quien quiero mucho. Es indispensable que quienes dirijan los fogones sean de absoluta confianza, honestidad y gran sentido de humanidad. En Érica veo esa franqueza, ese ánimo".

Aunque era algo reticente con la prensa, este diario pudo conversar con él en varias ocasiones. "Es siempre gratificante volver a San Juan" admitió en su última visita.

Antes, en 1999, el Auditorio Juan Victoria lo tuvo en su escenario y 1.500 sanjuaninos disfrutaron de su relato en el "Romance de la muerte de Juan Lavalle", con sus textos y la música de Juan Falú.