Finalmente, llegó el videoclip más mineral del electropop. Se trata del tercer corte de Es Imposible! (2009), que fue filmado en el Valle de la Luna, Pampa del Leoncito y las minas de Gualcamayo, del 29 al 31 de mayo y para aprovechar la gallardía natural. Si bien su debut estaba previsto para el domingo pasado en "Susana Giménez", el flamante clip -en cuya logística aportó la Secretaría de Turismo de San Juan-, aterrizó abruptamente en el ciber espacio y ya está disponible en Facebook, MySpace, Twitter, Youtube y en su página oficial, esmirandamiamor.com.
"Se dilató un poco lo de Susana, teníamos que lanzarlo y nos pareció más práctico hacerlo por internet", comentó Daniel Aprile, vicepresidente de Pelo Music (la discográfica de los popes). La mini-película, reporta en 4.05 minutos una agasajante estética high definition -que distingue con creces los paisajes- y un convincente lenguaje retro (Juli Gattas acude a una impronta "fifty" y los muchachos a una estampa folk, muy a lo "Secreto de la montaña").
"La historia de los Miranda! es así: Lolo, Ale y Monoto son empleados de la mina y Juliana viene a ser la hija del dueño (aparición del sanjuanino Julio Massi). Ella es de alta alcurnia en contraposición a los chicos, que son rasos y lo que se desencadenará es una historia de amor entre Juliana y Ale, en donde el padre descubrirá esta relación prohibida y lo tomará con disgusto, porque no puede tolerar que tenga bajos recursos", explicó su realizador Iván Vaccaro a DIARIO DE CUYO. "A partir de ahí comienza la huida de ella en la coupé Mercedes, la posterior persecución de los chicos en las motos Vespa y Ale buscándola, a pie y sediento de amor. La idea remitir a la fábula de La liebre y la Tortuga, porque los que van en moto creen que van a llegar más rápido y terminan siendo superados graciosamente por Ale, que va paso a paso", anecdotizó Vaccaro.
El trabajo incluyó heli-tomas (imágenes aéreas), "una trama divertida para contar" y "los fonditos clásicos que había que mostrar", remató la producción. Y sobre todo, un making off tan feliz como su final; y más que atractivo para la difusión del turismo provincial, claro.