Como en el rito Católico para la Misa de Difuntos el Introito se inicia con las palabras: ‘Réquiem Aeternam dona eis Domine: ‘El Descanso Eterno dales Señor’ se suele denominar a todo el Oficio ‘Misa de Réquiem’. Quizá el primer Réquiem musicalizado conocido data de 1460 y se deba a J. Ockeguem (1410-1497). Pero de ahí en más han habido multitud de ‘Réquiems’. Quizá los más conocidos sean los de los siglos XIX (Berlioz, Verdi y Fauré) y por supuesto el de Mozart (s. XVIII). En cambio el Réquiem que fuera componiendo Brahms durante casi una década no se ajusta al ritual latino sino que es una suerte de ‘Oratorio-Cantata’ referida a la muerte y utilizando fragmentos bíblicos escogidos por su autor. Aludía a la muerte -sugerida antes por el fallecimiento de su querido Robert Schumann y bastante más tarde por el de su madre-. Sin embargo en 1871 se lo interpretó como homenaje a los caídos -alemanes- en la Guerra Franco-Prusiana, dándosele así un sentido ‘nacionalista’ que era ajeno a su composición. Brahms no era religioso, aunque escribió un Ave María (1858), Siete canciones a María -MarienLieder- (1859), el Salmo 13 y ‘Canciones Espirituales’ (1859), todas para Coros femeninos. Su Réquiem no es un obra litúrgica pero sí una meditación sobre la muerte (es interesante acotar que días después del atentado a las Torres Gemelas, el alemán Kart Masur, director de la Filarmónica de Nueva York, eligió este Réquiem en memoria de las víctimas).

La interpretación de este viernes contó con la cada vez mejor actuación de la orquesta -bravo Mº Siffert!-, el eficiente Coro dirigido por el siempre confiable Mº Petracchini y la soprano María B. Rivarola, que cantó dignamente y bien audible los terribles agudos que impusiera Brahms a su única intervención. El barítono Fernando J. Lázari posee una voz timbrada y melodiosa. Ambos son jóvenes y prometen. El Réquiem consta de 7 partes: (I) De la 3¦ Bienaventuranza de Mt 5:4 el Coro entona: ‘Felices los que padecen’. Inicia con las cuerdas bajas -no se escuchan violines- para subrayar un inicio de serena profundidad y permite que el Coro, por unos compases cante ‘a capella’, como habrán sido los primeros Réquiems puramente vocales. Siguen los últimos versículos del Salmo 126: ‘Los que siembran entre lágrimas’ y allí con la palabra ‘mit Freuden’, ‘con alegría’ aparece la luz. (II) De la I¦ Pedro 1:24 ‘Toda carne es como hierba’ es un ritmo de Marcha iniciado por el fagote. Casi 15 años antes había iniciado una Sonata para dos pianos que no concluyó utilizando sus bocetos para obras posteriores. Una parte se transformó en esta marcha que me llama la atención por el uso fuerte de los timbales.Pero de nuevo se pasa de un inicio dramático a un texto muy consolador tomada de Santiago 5:7: ‘Tengan paciencia’. Es casi un ‘Landler’ o baile campestre; las voces femeninas lo dicen suave y lentamente: ‘seid geduldig’ (‘sean pacientes’) pero vuelve la marcha que va subiendo de intensidad. Sin embargo la última línea es una Oración de Alegría casi gritada: ‘La Palabra del Señor permanece eternamente’. El Coro engancha con Isaías 35:10: ‘Los redimidos del Señor volverán’ que es como una Marcha de la redención musicalmente cercana a su Obertura Académica. Siempre con el acompañamiento del timbal repetirá ‘Freude, Ewige Freude (‘Alegría, eterna alegría’). Brahms era un admirador de Beethoven y su ‘Freude’ nos recuerda a la 9¦ Coral. Así como la Coral se iniciaba con el Barítono, ahora en (III) es justamente el barítono quien pide ser guiado. Del Salmo 39:5-8: ‘Señor hazme conocer mi destino’.El Coro repite el pedido y el barítono continúa con una melodía más confiada, de nuevo el Coro y la respuesta final la da Sabiduría 3:1 ‘Las almas de los Justos están en las manos de Dios’. Y esto es una gran doble fuga (IV): Un cambio del Coro con palabras del Salmo 84, serena meditación; la primera nota no es ya del fagote sino de la flauta: ‘Qué amables son tus moradas’. Hay un breve clímax con un ‘fugato’ y vuelve la atmósfera luminosa del inicio: ‘los que vivan en tu casa te alabarán por siempre’ (V) El único solo para la soprano comienza con un texto de Juan 16:22 ‘Ahora están afligidos pero los volveré a ver’ . Es altamente personal; aunque en el texto Jesús se dirige a sus discípulos, Brahms lo agregó en memoria de su madre fallecida. La imagen ‘materna’ la sigue dando el Coro con Isaías 66:13: ‘Como uno a quien su madre consuela’. De nuevo el barítono entona una cita de Eclesiástico 51:35: ‘Vean lo poco que he penado pero hallé mucho descanso’ (VI) Hebreos 13:14 El Coro canta ‘No tenemos aquí una ciudad permanente’. La frase se mueve tranquila pero ansiosamente en un ritmo cadencioso como sugiriendo la ausencia de un lugar estable y el barítono expone el misterio del último día (I¦ Cor. 15:51ss). ‘Mirad, os revelo un misterio’. La palabra ‘Posaune’ (Trombón) dicha por el barítono y retomada por el Coro recuerda la misma frase tomada también por el barítono en ‘El Mesías’ de Haendel. El diálogo barítono-Coro va subiendo de intensidad. Es claro que Brahms suprimió el ‘Dies Irae’ (‘Día de Ira’) del Réquiem latino pero la fuerza de las voces, timbal y bronces no va en zaga de las misas latinas. Y de hecho el texto pasa al Apocalipsis 4:1 pero para cantar la Gloria de Dios. Y finalmente (VII) el Coro continúa con el Apocalipsis 14:13 iniciando las voces femeninas o ‘angélicas’. ‘Felices los que mueren en el Señor’. La palabra ‘Selig’ (Felices), inicia y termina la obra!! Brahms era agnóstico y se le reprochó no mencionar a Jesucristo, aunque ‘Herr’ (Señor) aparece 5 veces y ‘Gott’ (Dios), 3. Pero ¡qué bien supo elegir los textos bíblicos! Si así compuso esta Obra confesándose agnóstico, ¿qué hubiera escrito siendo creyente? Supongo que lo mismo, porque, tal como escuchamos, ‘Aber des Herrn Wort bleibet in Ewigkeit’ (Pero la Palabra del Señor permanece para siempre). ¡Y qué lindo que es poder cantarla! Feliz Pascua de Resurrección!