Dicen que "el que no arriesga, no gana" y los malambistas sanjuaninos que conforman el cuarteto Los Gallos lo pusieron en práctica y con buen tino. Contra todos los obstáculos, lograron acceder a PreCosquín 2022, el certamen de nuevos valores que apunta a promocionar artistas de cara al festival mayor de folklore. Lo curioso es que participarán por la sede de Laboulaye (Córdoba), sortearon la primera ronda y entraron a la final del rubro combinado de malambo. Debido a una serie de hechos fortuitos, la agrupación no pudo inscribirse al preselectivo de PreCosquín por San Juan (que se había realizado a mediados de este mes en el Teatro Sarmiento), así que no les quedó otra alternativa que buscar otras sedes para inscribirse, tal como lo permite el reglamento. A último momento pudieron entrar por la sede de la localidad cordobesa y lograron clasificar. Si bien el recién los días 5 y 6 la delegación provincial de San Juan empezará a competir, los malambistas ya han superado la primera ronda y el 18 de enero disputarán la decisiva ante el grupo Nehuén, de Carlos Paz y otras representaciones de otras provincias que todavía están por definirse. 


Este grupo, conformado por Cesar Núñez, Bruno Bermejo, Nicolás Páez, Diego Argüello y los músicos Lucas Ciancia, Gabriel Quiroga, Mauricio Manrique y Leonardo Pérez, es preparado por el profesor Cristian Castro. Los bailarines pertenecen a la academia El Embrujo Malambo e integran este proyecto artístico (malambo estilo norteño), de muy joven edad: llevan 3 años juntos y con una performance profesional, sin embargo, no han tenido muchas participaciones en competencias nacionales. En 2020 obtuvieron una mención especial en Laborde y esta primera incursión que hacen en Cosquín les está dando resultados efectivos. 

En diálogo con el entrenador, Castro relató a DIARIO DE CUYO la maratónica travesía que debieron realizar para llegar a tiempo con los requisitos del certamen y poder competir. Desde los viajes hasta la misma presentación en escenario ante el jurado, no fue nada fácil para el cuarteto. 'Todo viene trabado desde que la pandemia hizo modificar las fechas del certamen, que se adelantaron. Al no poder clasificar para Laborde, tuvimos que buscar otras sedes, la única que nos recibió fue Laboulaye y había que viajar 620 km. ida y vuelta. Como no obtuvieron permisos de sus puestos de trabajo, se levantaban para trabajar de 7 de la mañana hasta las 16, después, 6 horas de viaje, a la noche llegaban, casi sin comer ni descansar. Cuando les tocó competir, hubo una fuerte tormenta eléctrica que provocó un apagón en toda la ciudad y se quedaron en el escenario a oscuras, sin micrófonos y debieron zapatear empapados por el agua que se filtraba de los techos del tinglado. "Y pese a todo, nos mentalizamos para clasificar y lo logramos', contó el preparador. No hubo tiempo de procesar todo lo que pasó y aunque no podían relajarse, sobre la marcha debieron modificar su performance, la estructura de su coreografía, sin reproches, ni quejas. 


'Hicimos de todo para llegar, sinceramente no podemos creerlo y todavía nos cuesta digerirlo, aun así se dio todo bien. Lo complejo fue mutar una identidad planteada para Laborde, pero en Cosquín se juzga y se valora con otras reglas y criterios. La transición fue importante y las devoluciones que nos hizo el jurado nos sirvieron. Con sus consejos haremos todas las correcciones para la final y pondremos énfasis en las pasadas y en los detalles de la estrategia', dijo; y advirtió que: 'también pensamos la posibilidad de presentar otra coreo diferente si vamos para un desempate'. En este sentido, todo puede pasar. 'Después de la pandemia, todas las agrupaciones debieron rearmarse a su manera. El panorama de la danza se está reformulando desde cero. Eso es lo bueno que tiene Cosquín, con más de 60 sedes, se refleja una pluralidad muy amplia de expresiones y propuestas de todo tipo. Eso indica que cualquiera puede llegar a ganar y cualquiera puede sorprender', opinó el entrenador. En la intimidad del grupo, aunque representen a una ciudad cordobesa, no dejan de pensar que lo hacen como sanjuaninos. Claro, el premio es para la sede que participa. Pero, 'dejamos bien en claro que somos sanjuaninos al malambear y siempre que dependa de nosotros, San Juan será representado en nuestro trabajo. El premio simbólicamente podrá decir Laboulaye, pero se lo queda quien sea ganador y se sabe que Los Gallos son de San Juan', concluyó Castro.