Con una narcisista oda a su soltería -"los hombres son necesarios, pero estoy mejor así (…) la cama es toda mía, soy feliz" decía la letra del musical, escrita por Maju Lozano y que grabó en el Círculo Militar- abrió anoche el fuego Susana Giménez, en su comentado regreso al ciclo diario. Un lujoso piso con bailarines, dragqueens, flores y saludos de bienvenida recibió luego a la diva, que ingresó enfundada en un brillante vestido plata para los agradecimientos de rigor. Inmediatamente presentó a su invitada, Xuxa, con quien tuvo una larga conversación, antes y luego que hiciera su show (empezó con Ilarie, aunque lejos de la energía de otrora, quizás porque estaba muy resfriada). Hasta las 21.55 se mantuvo la charla, donde -onda cruz diablo- Susana reiteró su posición respecto a las parejas estables y al casamiento, que quedó como el leit motiv de su rentrée.
Una música tenebrosa y un espléndido decorado lúgubre marcaron el paso al siguiente bloque: el humor con Dady Brieva, que otra vez caracterizado como Drácula, llegó colgado de un arnés. El mano a mano entre ambos, con buena cuota de picardía, intentó infructuosamente cubrir el espacio que dejó vació La Abuela de Gasalla (ver aparte).
Quejándose por el corto tiempo para terminar de agradecer -y eso que no hubo cortes- la eternamente simpática Susana invitó a Dady y a Xuxa para brindar en el cierre. Y sin más palabras (no habló del rating, ni de la vuelta al ritmo diario, ni de Tinelli, ni de nada) se despidió "hasta el lunes", tras un debut sin pena ni gloria.