Tamara Báez no tiene paz. En medio de su conflicto legal con L-Gante por el régimen de visitas de Jamaica y la cuota alimentaria, intenta distraerse con amigas y familiares, pero cada cosa que hace despierta críticas en las redes sociales. Un ejemplo es lo que le ocurrió hace horas tras pedirse una doble hamburguesa de $1400 en un local de comidas rápidas. La acusaron de usar la plata que el músico le da para la nena y explotó.

“Andá a laburar. ¿No te da vergüenza tocarle la plata a tu hija?”, le dijo una seguidora, pero ella no se quedó callada. “Si trabajo, y no estoy usando ninguna plata de mi hija porque no me dieron nada”, disparó involucrando al artista, de quien todavía espera un monto mensual para los gastos de la beba de un año.

Hace días que Tamara recibe diferentes comentarios malintencionados. Algunos usuarios la fulminaron asegurando que se gasta las ganancias de su ex en tatuajes, uñas esculpidas y salidas a Tropitango, pero ella siempre defendió su buen nombre.

Tamara Báez advirtió que tiene pruebas que comprometen a L-Gante

Tamara Báez decidió llevar a la Justicia a L-Gante por violencia económica, maltratos, acoso y hostigamiento. Después de que salieran a la luz detalles de la denuncia, el abogado del músico, Alejandro Cipolla, fue a fondo contra la joven y lanzó una frase contundente: “Hablar de violencia económica en su caso es insultar a la sociedad argentina”.

Molesta con los dichos del letrado, la expareja del artista hizo un durísimo descargo. “Si van a mentir así, que se pudra”, advirtió. Enojada por la forma en que se minimizó su situación, aseguró que no tiene miedo de nada, ni siquiera de “volver a vender sándwiches de milanesa”, pero remarcó que va a luchar por los derechos de su hija.

Esta reacción de la influencer se debió a que en A la tarde (América) ahondaron en el escrito que ella presentó y donde describió el calvario que atravesó en su convivencia con el cantante. Cipolla intervino en el ciclo de espectáculos y negó todos los hechos. Incluso, señaló que la joven solo busca provocar un daño en la imagen del referente de la Cumbia 420.

Acto seguido, argumentó: “Hablar de violencia económica en su caso es insultar a la sociedad argentina. Una persona que vive en un barrio privado, en una casa que paga 298 mil pesos por mes, más 300 mil pesos por mes, un auto de 20 mil dólares, más gastos de ella que tenemos acreditados por un millón de pesos, decir que hay violencia económica, es una vergüenza y es reírse en la cara de toda la sociedad”.