Con un sol cómplice, ayer la Casa Natal y Museo Domingo Faustino Sarmiento abrió sus puertas para que los pequeños de la provincia y los visitantes -hubo varios por el receso en otras provincias- pasaran a su patio, preparado especialmente con una serie de juegos, algunos bien conocidos por los niños y otros no tanto. La idea era recrear las aquellas kermeses llenas de diversión que marcaron a varias generaciones. Y algo de ese espíritu se sintió con los niños probando su puntería, la habilidad con las artesanías, el ingenio y también su mano para la cocina. Pero no solo los más pequeños se entusiasmaron con las propuestas, ya que en la mayoría de los casos los adultos que acompañaron, y hasta las familias enteras, se prendieron con los desafíos. 

Tiro al blanco, ajedrez y jenga fueron algunas de las opciones, además de una estación para tumbar latas con una pelota y otra para embocar anillas. Los rompecabezas, algunos de tapas de diarios de época (El Mosquito), tuvieron muchos adeptos, al igual que un juego de pesca, en el cual los pescaditos tenían palabras con las cuales debían formar frases célebres del gran Maestro de América. También hubo dos mesones llenos de láminas y colores para pintar; y un mini-taller de telar de mano, donde los más grandes sacaron a relucir su talento artesano. Y para acompañar, canastas con golosinas y sopaipillas recién fritas que los mismos chicos amasaban y cortaban guiados por dos cocineras, para luego compartir. 

Concentradísimos, Antonella (7), Jovani (5) y Mía (3) trataban de resolver los rompecabezas, al tiempo que Conrado (13) y su abuela -de Tucumán- se entretenían con el ajedrez mientras esperaban que la mamá del adolescente saliera de una disertación. En otro rincón, oriundos de Buenos Aires, Lucila y sus tres hijos, Felix (9), Margarita (10) y Valentín (5), trabajaban en equipo para recolectar pescaditos y armar las frases. Joan (8) demostró ser un capo en el jenga, al igual que Mateo (7) elaborando tortas fritas. 

"El objetivo era revivir un poco aquellas kermeses que vivieron nuestros abuelos y también algunos adultos; y hemos tenido muy buena respuesta. La que hicimos en el receso invernal tuvo más de 300 chicos haciendo cola para los juegos. Ahora hay turistas de Córdoba, Tucumán, Buenos Aires… les gusta y se van contentos… es otra forma de acercarse al Museo", valoró Martha Lisandrello, del Área Educativa de la institución que -nuevamente pensando en los niños- ya prepara una actividad en territorio con escuelas de Valle Fértil, en conjunto con la comuna del departamento, donde los alumnos se convertirán en periodistas que contarán historias y riquezas de su comunidad, trabajo que empezará en agosto y culminará a fin de año con una muestra. 

Mientras tanto aquí en la ciudad, los pequeños disfrutaban jugando en el patio trasero de la vieja casona de su nuevo amigo, que los recibió con los brazos abiertos.