Rocío Oliva está devastada porque no pudo despedirse de Diego Maradona, con quien estuvo de novia durante seis años. En la madrugada de ayer se dirigió en su auto a la Casa Rosada para darle el último beso y cuando llegó a la puerta se encontró con una situación inesperada que la angustió. Le dijeron que no iba a ser posible su ingreso. Indignada, se comunicó con Claudia Villafañe, que ya estaba adentro con sus hijas. La empresaria le dijo que ella no tenía nada que ver con la decisión. Ahora, se conoció la verdad.

Luego de un segundo llamado en el que le dijo de todo a la madre de Dalma y Gianinna, la panelista de Polémica en el bar se despachó con una frase lapidaria. “No piensan ni un minuto en él. Toda la maldad que hacen se paga”, pronunció entre lágrimas. Y eso que todavía no sabía el motivo real por el que decidieron que no formara parte del velatorio.

En Los ángeles de la mañana, Yanina Latorre explicó que la familia “la castigó” por varias actitudes. El primero, porque Diego pidió verla varias veces y ella no accedió. Desde que se separaron prefirió mantener la distancia y además volvió a formar pareja. Segundo, porque no les gustó que haya ido a la TV en vez de hacerse presente en la casa del exfutbolista o la cochería. En un principio se “mostró ausente” y consideraron que no merecía entrar a Casa Rosada. Por último, también la culpan de la profunda depresión en la que estaba sumergida la estrella del deporte.

Por su parte, Mariana Brey agregó: “Rocío Oliva fue sabiendo que no estaba en la lista de invitados especiales. Esto también hay que decirlo. Sino una vez más queda Claudia como la mala de la película, incluso en esta situación, porque hay que decir que las que deciden acá son Dalma y Gianinna, charlado con ella”.

Horas antes de ir al velatorio, la rubia habló de la muerte del astro del fútbol en Polémica en el bar, donde reconoció que la última vez que estuvo cara a cara con él lo notó muy desmejorado. “Fue un hombre muy importante en mi vida. Fue muy bueno conmigo, nos amamos mucho y siempre lo voy a recordar bien. Era humilde, solidario, con un corazón gigante. Y tenía muchas ganas de vivir. Así que tengo unos recuerdos hermosos en mi corazón. Me amó muchísimo. Y eso me llena el alma”, afirmó.

Y concluyó: “El 30 de octubre cuando lo vi, no lo vi bien, y me puse a disposición. Él no tenía que estar en su casa, tenía que estar internado. Me duele, como le duele a todo el mundo, como a todos los argentinos, porque él era joven, bueno, y no se merecía irse así, solo”.