El payaso más querido del país regresará a San Juan el próximo 13 de julio para reencontrarse con sus piñoncitos y celebrar 30 años de vida dedicada al arte infantil. Vendrá con un show que tiene nuevas canciones y como el propio Piñón lo define así: "un homenaje al público que durante 30 años me acompañó siendo chiquitos y hoy vendrán con sus propios hijos. Es un hermoso mensaje de la vía para lo que elegí hacer". 


En diálogo con DIARIO DE CUYO, con la mirada puesta en sus orígenes, su concepto de la infancia, su rol como artista y también su pensamiento social.

- ¿Cómo hallaste la fórmula para seguir entero?


- Hay unos tips o trucos que dicen los chicos de hoy. Los descubrí ahora. La primera que resultó es dirigirme no sólo a los niños, sino a todo su grupo familiar en conjunto, de manera espontánea. Así empecé como artista callejero y animando después cumpleaños. El otro tip, es ser feliz con lo que hago, sorprender, aprender cosas nuevas, aplicarlas en el escenario, pulir lo que no salió bien. Es un juego que en 30 años no deja de hacerme feliz. 

- Mantener un espacio de contenidos infantiles en la televisión  ¿es un acto quijotesco?


- Bueno, la tele está en crisis y el primero en saberlo es la tele misma. Los del interior como yo llegamos casi de casualidad en esos espacios que no son para muchos, tratamos de defenderlos con contenidos de calidad, compitiendo con productos de afuera, que vienen con mucha fuerza de los sellos comerciales. A pesar de ello, no puedo renegar, ya que aprendí a usar a la tecnología como un medio creativo. Pero también, supe ganar la complicidad de la gente que ninguna empresa de marketing pudo haberla planificado mejor. Lo mío es una empatía tan espontánea amalgamada con los elementos que tiene el personaje y el paso del tiempo, termina dando este patrimonio tan hermoso, el denominador común es la gratitud del público. Lo respeto y lo cuido mucho.

- Al preparar tus espectáculos ¿estás pendiente de las realidades que sufren los niños en la actualidad?


- Desde que empecé trabajando en la calle, nunca fui un artista que mire las cosas color de rosa. Pero tampoco me pongo a cantar un drama delante de los niños, que ni siquiera los especialistas saben cómo entablarlo, así que no soy el indicado desde mi lugar de payaso. Pero he rozado ciertas angustias y miedos que son parte de la vida misma y las hice canción. Tengo a la metáfora y a la poesía de aliada para decir ciertas cosas.

- ¿Como lo procesás desde lo artístico ante ciertas problemáticas? 


- Es un desafío constante. La dinámica del mundo está parada en conflictos que se van destapando. La sociedad va levantando los mantos de hipocresía y poner a la luz la violencia infantil, el trabajo infantil, el abuso y una cantidad enorme de temas muy delicados. Como artista, como ciudadano y como adulto, la tarea que me toca es asumirlo con responsabilidad y que los idóneos tomen los testimonios de los artistas como humildes herramientas.

- ¿Es difícil hoy transmitirle motivaciones a los chicos?


- Creo que la niñez es esperanza en sí misma y también es esperanza para los que amamos la infancia. No me canso de escribir canciones. Trato de sembrar semillas de esperanza en los niños, sabiendo que serán personas con la capacidad de mejorar este mundo que los adultos de hoy se lo dejamos chueco. Pasamos 2019 años que los seres humanos no le encontramos la vuelta a muchas cosas. No solo en este país, sino en el mundo. Hay desigualdad, falta de educación, falta de oportunidades. Son cosas duras difíciles de tocar, pero la esperanza está en los propios chicos.


- Cuando en Europa salvar las vidas de inmigrantes es visto como un delito ¿son las contradicciones que los humanos no pueden resolver?


- Es terrible, el otro día discutí sobre lo que me preguntaron acerca de la realidad del país en una nota. Me agarraron de sorpresa, vestido de payaso, emití una opinión (N.de redacción: "El neoliberalismo derrama miseria") que después a unos les fastidió y a otros les gustó mucho. Pero más allá de las grietas que hay en Argentina, hay una gran grieta mundial. Me podés hablar de la mejor teoría económica del mundo pero en la práctica, no funciona. Los seres humanos tenemos tal grado de corrupción, que de lo contrario, un Cristo no hubiera terminado en la cruz o un Gandhi no hubiera sido asesinado. En más de dos mil años que la ambición, el egoísmo, la codicia y el no te metás terminan ganando la partida. Un ejemplo, con la Catedral de Notre Dame, con toda la plata que se reunió en donaciones para repararla, se podría haber terminado con el hambre en África.

- ¿Como payaso, no bajás la guardia?


- No, por más que unos que no estén de acuerdo con lo que pienso y me digan callate la boca, dedicate a cantar el chu chu ua y dedicate a los chicos de manera muy peyorativa; les aclaro que no hablo de política valiéndome de payaso para bajar línea. Hablo de lo social, de las infancias y de las ancianidades que están excluidas y que el sistema no los ve, que nosotros no los miramos. Vivimos con la nuca doblada mirando por la pantalla, Facebook, Instagram y Twitter; y cuando tropezamos con cuerpos en la calle que están muertos de frío que no tienen dónde vivir y los pasamos como si fueran obstáculos. Mientras tengamos al mejor sistema político que siga siendo egoísta, no va a funcionar nunca. Sé que fastidia lo que digo. Pero el teatro, los payasos y la murga nacieron siendo incómodos al poder. Rápidamente me contesta para desautorizarme gente que está cómoda en su confort para emitir por las redes dónde está el bien y dónde está el mal. Me encantaría que algún día lleguemos a una mejor madurez al usarlas. Sueño un mundo donde los artistas reciban a un público feliz que acceda al arte como un derecho y no como un lujo.


DATO 
Piñón Fijo. Dará su show por los 30 años de trayectoria con sus clásicas canciones y nuevos repertorios. A las 15 hs. en el Teatro Sarmiento. Entradas: $300, $400, $600.