‘Y al despuntar la mañana/me volveré pensativo/al amor de mis majadas donde anda el león del olvido. Se va el agua oscureciendo y ayay no sé… si andando por esta orilla, te encontraré o habrá deshojado el viento/ la flor que tengo en la vida…’. Tales bellas palabras, esta vez no se las llevó el viento, sino que quedaron grabados en la memoria de amigos, colegas y familiares que entonaron la tonada ‘Río Rojo’.
Ayer hubo un humilde tributo que encabezó el escritor Ricardo Trombino acompañado por figuras de la cultura sanjuanina como Pablo Maldonado, Belén Ramet, Hélida López, Reyna Domínguez y Tito Oliva junto a sus hijas, parientes y amigos, lo interpretaron a capella en el Cementerio de la Capital para darle el último adiós al gran poeta sanjuanino que ahora descansa en paz junto a su esposa Rosa y a su querida madre Margarita Mugnos de Escudero.
En consonancia con las muestras de afecto, Reyna dijo alegremente: ‘¡Qué viva Chiquito!’. Y en el final, Rosa Marcela Escudero (una de sus hijas) invitó a rezar un Ave María y agradeció: ‘Mi papá supo cultivar un millón de amigos, les agradezco que lo hayan acompañado a lo largo de su vida.
Que su poesía circule por el mundo entero, por caminos insospechados. Quiero que lo recuerden como una buena persona que dejó una semilla y un ejemplo, con buenos sentimientos en la vida’.

