Fue una gloria de la escena argentina. Tanto, que hace una década recibió el Martín Fierro por su trayectoria, que incluyó unitarios de gran calidad como Alta Comedia y Teatro como en el teatro y series como Mujeres en Presidio o Nino (con Enzo Viena), entre otras. Sin embargo, en los últimos años pocos de los que siguieron sus pasos por las pantallas o las tablas supieron de ella. Hasta ayer, cuando trascendió la noticia más triste: María Aurelia Bisutti falleció de un paro cardíaco a los 79 años. Estaba internada en un geriátrico de Ingeniero Maschwitz, al que llegó primero por una depresión que luego derivó en una demencia senil.
También conocida con los seudónimos de Aurelia Bisú y María Pisutti, Bisutti nació el 20 de junio de 1930. Su carrera comenzó en el cine para luego ser estrella de los radioteatros y teleteatros, hasta que saltó a la pantalla con Teleteatro para la hora del té (que le valió el reconocimiento de la Legislatura porteña en 2003, cuando se cumplieron 45 años del primer envío). De una gran sensualidad -notoria para le época- fue una de las actrices preferidas de Alejandro Romay y Abel Santa Cruz, popes de la televisión de los ’60 y ’70. Su último trabajo fue sobre las tablas en 1997. El director José María Muscari la había convocado para integrar el elenco de su obra Piel de Chancho.
Su legado quedó en manos de su hija, Paola Papini, que saltó al tapete como modelo, luciendo su anatomía en una revista de los ’80, y que luego también transitó el camino de la actuación (integró Mesa de Noticias y lo último que hizo en TV fue Mujeres de Nadie). Además de haberla dirigido en una obra de teatro semimontado, Aurelia trabajó con Paola en Un Cortado (Canal 7, 2005), donde encarnaron dos etapas de un mismo personaje.