Foto Marcos Urisa

André en una de las aulas del Auditorio, donde enseña, estudia y prepara su reencuentro cara a cara con el público. 


Mucho antes que San Juan se convirtiera en su hogar, cuando él ni siquiera pensaba en eso, André Espindola ya había estableció un vínculo con Argentina, especialmente musical. De pequeño, cuenta, en casa de su abuela se escuchaba polka correntina y chamamé, ritmo litoraleño que supo enseñar luego a los pequeños estudiantes del lugar, acompañado de unos buenos mates. Lo curioso es que esas escenas transcurrían en Mato Grosso del Sur, Brasil, donde nació, abrazó la guitarra y comenzó a transitar con diferentes referentes una intensa formación que, a la muerte de su gran mentor -Henrique Pinto, "el mayor didacta de la guitarra en Brasil"- lo trajo al país y puntualmente a San Juan, de donde tenía muy buenas referencias musicales. Este año se cumple una década de aquel arribo, tiempo en el que culminó sus estudios universitarios -con profesores como Juan José Olguín y Gabriela Pérez- y comenzó a ejercer la docencia, su gran pasión, en el Departamento de Música, en un instituto privado y también de forma remota a discípulos de otros países; y a complementarla con presentaciones en Argentina, Brasil y Europa. Y como una celebración de este aniversario podría tomarse el recital que brindará hoy en el Auditorio Juan Victoria, donde ya ha tocado junto a la Sinfónica, a otros instrumentistas y también solo, una vez en 2013. Será este su primer recital presencial desde que comenzó la pandemia -que truncó invitaciones que tenía para presentarse en Francia y Estados Unidos- algo que para André lo hace muy especial. Y para la ocasión, preparó un repertorio que ilustra musicalmente la evolución de la guitarra desde finales del siglo XIX hasta mitad del siglo XX. 


"Es prácticamente un panorama del resurgimiento que tuvo la guitarra, que generó un repertorio muy intenso, muy grande. Tenemos música española de final de Siglo XIX hasta música de Inglaterra de los años '70. Empieza con Federico Moreno Torroba, un compositor de zarzuelas, que son óperas cortas españolas. Es muy académico, pero son melodías que uno puede silbar, muy fáciles de escuchar aunque muy refinado. Luego con Heitor Villa Lobos, música brasileña, con ritmos africanos y aborígenes, muy sofisticada también. Después la obra del compositor inglés Willam Walton, con un lenguaje muy del jazz. Y al final Isaac Albéniz, que tomó el folclore español y lo armó en grandes conciertos; son obras que uno escucha y dice "ah, eso ya lo escuché en algún lugar", explicó el maestro de varios jóvenes talentos de la provincia, algunos ganadores de concursos internacionales, un enamorado del instrumento que ejecuta. 


"La guitarra tiene un repertorio que empieza en el siglo XVI y aún sigue creciendo. Y además está presente desde las familias más pobres hasta las más adineradas. Tiene esa característica, en su historia de 500 años ha pasado por todas las clases sociales y movimientos, desde la música popular más simple hasta la académica más sofisticada. Es un instrumento muy respetado en todo el mundo, está en todos los conservatorios de todas las universidades, cosa que hace 100 años no era así", se apasiona André, que gusta tanto del repertorio clásico como el popular. De hecho, desde su llegada comenzó a adentrarse en autores como Piazzolla y Yupanqui, que incluso interpretó alguna vez en su tierra, donde asegura que hay tanta admiración por la música argentina como aquí por la de sus país. Ahora está armando un concierto exclusivamente de música argentina, que vería la luz el año que viene. "Será la primera vez. Es todo un mundo que se me ha abierto, distinto, desde la raíz rítmica hasta la temática; y el toque... Hay muchas técnicas que uno sólo ve en el folclore. Es otra cosa, otro estilo", aseguró el multipremiado artista, también muy compenetrado con los compositores sanjuaninos, en este caso más académicos, como Tito Oliva, Miguel Sugo y Miguel Scebba, con los que ha trabajado. "San Juan tiene una veriedad de compositores académicos de altísimo nivel", opinó el guitarrista, que además afirma que el nivel de enseñanza del instrumento en la UNSJ es muy bueno. "La exigencia acá es muy alta, yo me vi obligado a trabajar con obras muy avanzadas, tuve que dar un salto técnico muy grande. Obras que acá trabajamos en cuarto o quinto año, en Inglaterra se ven en maestrías y doctorados por ejemplo", comparó. Capítulo aparte amerita para André el folclore cuyano, donde la guitarra tonadera tiene un sitio especial; un género que admira pero aún no se anima a tocar. "Me encanta el folclore de San Juan y de hecho no toco nada de eso aún porque me gusta demasiado, no lo quiero asesinar", dice antes de soltar una sonora risa el hombre que también se ha dedicado a la composición, aunque no es de momento su actividad principal. 


"Me gusta mucho, tengo varias obras compuestas, algunas he estrenado. Tengo un cajón lleno de escritos para revisar, pero no puedo dedicarme. Como me dedico más a la docencia, poco tiempo tengo para estudiar mi repertorio", confió Espindola, quien disfruta plenamente de guiar a sus alumnos. "Es que me gusta mucho el arte de la guitarra en general, la historia, el instrumento, las técnicas... Y ver al alumno descubrir todo ese universo gigante y construir su propia forma de tocar, de resolver sus problemas, porque cada uno es un universo... Bueno, acompañar ese proceso, esa construcción personal a lo largo de los años, es lo que más me apasiona", confió. Tanto así que para él hasta subir al escenario como concertista tiene que ver con eso. "Es un buen complemento. Yo aún tengo muchos años para crecer, así que tengo que dar conciertos porque esto te hace crecer. Cuantos más conciertos das, se gana más experiencia para pasarla a los alumnos. Y cuantos más conciertos doy, más participo, más puertas abro para ellos", se explayó convencido el guitarrista, que tiene un solo deseo para su reencuentro con el público hoy, nada menos que en el Juan Victoria, una sala "perfecta", como calificó. "Que salga bonito", dijo de cara al reencuentro con el público que, aún con toda su experiencia, todavía le provoca cosquillas en el estómago. 

DATO
> Concierto Solo Guitarra. André Espindola. Hoy 21.30 hs, Auditorio Juan Victoria. Entrada libre y gratuita. En el marco del Festival de Música de Cámara, Centro de Creación Artística Orquestal.