El agobiante calor no fue impedimento para que la familia asistiera con reposeras, banquitos, hasta el equipo matero y el infaltable abanico de las señoras, para hacerle el aguante al estreno de la estampa Arriero de Esperanzas, cuadro que representará la delegación local mañana en el Festival de Cosquín y con transmisión por TV. La presentación fue el viernes en un colmado Anfiteatro Buenaventura Luna, con la presencia de funcionarios del Gobierno encabezados por Dante Elizondo, ministro de Turismo y Cultura.

Muy tradicional tanto en la música como en su impecable vestuario de colores tierra, con actuaciones prolijas y escenas limpias, la creación de Eduardo "Kuki" Vega echó a rodar con un personaje típico como "El Marucho" (a cargo de Javier Farias, coordinador de la coreografía con Marisel Illánes) anunciando al Arriero (interpretado por Guillermo Kuchen); todo relatado por Martín Guevara.

Con la fuerza de músicos y cantantes en vivo, se hace foco en el hombre que en el pasado se encargaba del intercambio de bienes. Sin escenografía, su carro no es de madera sino una estructura de bailarines, las vacas son bailarinas; y como utilería se exhiben solamente tarros de leche, bolsas de sal, yerba y cajones de fruta.

Para mostrar las lejanas huellas que se transitaban en aquellos tiempos, uno de los pueblos a los que se hace referencia es Valle Fértil. Allí, se produce el encuentro con Saúl Quiroga, el fallecido cantautor oriundo de esos pagos, frente al gran fogón, mientras suena su zamba Riquezas Mías y llega la primera danza.

Celebrando al "dueño de los caminos", el ballet danza el gato que le da nombre a la propuesta y el tema Triunfo del sol, de Hebe de Andraca; y también se alude al poncho sanjuanino con la caracterización de Remberto Narvaez, autor de la NN, chacarera que musicaliza el acto.

¡Y cómo omitir al viento zonda! En la historia, el Arriero va. Pero queda en medio del tornado que produce la lucha del Zonda (a cargo de bailarinas de pañuelos rojos) y el Sur (de pañuelos azules) con la cueca Los Vientos del Cuyum, de Gustavo Troncozo. El duelo más cruento es el contrapunto entre los malambistas sureños y norteños, una escena que fascinó al público y provocó el aplauso espontáneo por el zapateo al aire de los varones, que hizo temblar el tablado.

La despedida es al ritmo de la polka Vamos Argentina, del Chango Huaqueño, "un género que hará su estreno en la Plaza Próspero Molina como parte de la embajada sanjuanina", destacó Marisel Illánes.

La coreografía fue el broche de una velada que arrancó a las 22, animada por Javier Recabarren, entre cuecas, zambas y gatos interpretadas por La Quimera, Juan Cruz Rufino, Eduardo Chirino, El Chango Huaqueño, que animaron a la concurrencia que se prestó al juego, incluso subiendo a bailar a pedido de los vocalistas. (VER GALERÍA)