El próximo 2 de mayo comenzará una nueva edición de la Feria Internacional de Artesanías, la número 20 y resulta muy especial, ya que al cumplir dos décadas de existencia, se convirtió en un acontecimiento social y cultural infaltable esperado por la comunidad sanjuanina. De manera ininterrumpida, fue desarrollándose con diferentes características, en varios espacios urbanos, pero siempre conservando la misma esencia.

Todo comenzó en 1994, con el encuentro de tres personas vinculadas a la gestión de actividades culturales en San Juan. Ellos coincidieron en una idea en común, integrar las diversas manifestaciones culturales en un espacio abierto para los sanjuaninos, acompañados por el trabajo de los artesanos regionales junto a su espíritu emprendedor. Fue así que del sueño se convirtió en una realidad. Augusto Cosma, Francisco ‘Pancho’ Velázquez y Fermín Femenía, desde la acción privada, la gestión pública y la visión artística respectivamente, unieron sus esfuerzos para dar a luz a la primera Feria Internacional de Artesanías.


Humildes orígenes

En palabras de Cosma, la feria nació como si fuera ‘una aventura sin destino final’. La primera versión tuvo lugar en el Foyer del Auditorio Juan Victoria. En aquel entonces, ‘Pancho’ Velázquez era subsecretario de Cultura de la Provincia y Cosma conserva en su memoria aquella noche inaugural: ‘La cola de personas fue tan grande que estuvo esperando varias horas para poder entrar. De repente el espacio nos quedó chico, fue una locura impresionante’, dijo el empresario y agregó: ‘Por ser la primera, fue extraordinaria, el público lo aprobó y permitió continuar con las sucesivas ediciones. Habíamos vendido durante los primeros tres días unas 10 mil entradas, después nos quedamos sin más tickets y tuvimos que largar los numeritos de color rosado con el valor de $1’.

Para el debut, llegaron artesanos invitados como Rosalba de Chansin de Paraguay, Wenceslao Huanca de Bolivia y Magdy Hussein de Egipto. En aquella oportunidad participaron representantes de 14 países y 10 provincias. Pero como dicha experiencia piloto desbordó las expectativas de los propios organizadores, al año siguiente Femenías, Cosma y Velázquez optaron por llevar la segunda edición de la feria al viejo Ferrourbanístico, dado que el espacio en el auditorio quedó insuficiente e inadecuado para repetirlo.

Desde la segunda edición y por varios años, la feria se mantuvo en el predio de España y San Luis. En una oportunidad volvió al auditorio y hasta hubo un año que tuvo que realizarse en la Estación San Martín. Y desde el 2002 hasta ahora abrió en el Predio Ferial, que parecía haberse convertido en su destino definitivo. Sin embargo, este año se montará en el Estadio Abierto Aldo Cantoni, por primera vez en su historia (ver página 31).

Durante casi dos décadas, el público sanjuanino conoció las manifestaciones culturales de la Isla de Pascua, de Perú, Ecuador, Venezuela, Rusia, Senegal, India, China y Japón, entre otros tantos países del mundo. Miles de creadores pasaron por la feria, entre alfareros, orfebres, talabarteros, luthiers, plateros, cuchilleros, tejedores, ceramistas, cesteros y muchos otros que innovaron con el metal, el vidrio, etc. Todos ellos tuvieron su stand, su rincón para mostrar y vender productos simbólicos con el calor de sus manos.


Defensor de los artesanos

Fermín Femenía fue uno de los más pujantes para que el proyecto se ponga en marcha. ‘Cuando conocí a Cosma y al Pancho, iniciamos un formato muy parecido a la feria de Córdoba, claro mucho menos suntuosa, pero eso atrajo a un gran número de artesanos. Un éxito explosivo notable. Incluso los artesanos lograron conocerse más entre sí y algunos terminaron casándose’, recordó con una sonrisa. Femenía logró darle visibilidad a numerosos hacedores de las comunidades más humildes de Iglesia, y nunca olvidar las famosas tejedoras y alfareros de Tudcum. ‘Las quise mucho, hoy muchas de ellas no están vivas. Mujeres como Doña Tomasa y Doña Genara, eran únicas, ellas fueron las primeras en integrarse a la feria. Y Herenia Moyano, de 25 de Mayo quién ganó un premio de la UNESCO, es la gran maestra tejedora tradicional sanjuanina. Tuvimos cuchilleros como Juan Tadeo, Olga Fernández de Chiesa, Luisa Escudero y otros tantos trenzadores maravillosos fueron parte de esto’, relató Fermín.


Patrimonio de los sanjuaninos

A modo de balance, Fermín se muestra entusiasmado por todo lo vivido, pero advierte que el encuentro debe evolucionar. ‘No quiero que caiga en una meseta, de ahora en adelante trabajaremos para ofrecer nuevas cosas atractivas para el público’, adelantó. ‘Deberemos cambiar de formato, tendremos que modificar ciertas cosas para no repetirnos. Queremos atraer más a los jóvenes a que vengan a comprar y también, puedan aprender el oficio para poder ser futuros artesanos’, opinó el gestor cultural y reflexionó además: ‘Me siento feliz, porque después de 20 años, seguimos tejiendo la cultura. Es la única fiesta que perduró en la ciudad de esta magnitud por tanto tiempo’. Coincidiendo con él, Cosma añadió ‘Jamás imaginamos que la feria se convirtiera en un evento tan importante para los sanjuaninos y que tuviera tanta vigencia. Es parte viva de la cultura de nuestra ciudad’ y concluyó el empresario: ‘La feria es como un hijo parido para mí, es una parte importante de mi vida, pero ahora le pertenece a todos los sanjuaninos’.