Esta noche, cuando se corra el telón del Teatro del Bicentenario, la platea será testigo -y partícipe- de un día histórico para la danza de San Juan: por primera vez se representará un ballet clásico de repertorio completo, a cargo de una numerosa troupe local (más de 70 bailarines); y con orquesta y coro en vivo. Producción del Teatro del Bicentenario en conjunto con el Teatro Colón -de donde llegan los tres principales: Nadia Muzyca, Federico Fernández y Matías Santos; la impresionante escenografía de Sergio Massa y el variado y encantador vestuario diseñado por Gino Bogani- y con dirección de la exigente Lidia Segni, El Cascanueces marca un antes y un después en materia cultural en la provincia. Y aunque tal vez los artistas con más trayectoria sean los más conscientes de esto, todos los que integran esta megaproducción, incluidos técnicos y autoridades, saben que no es una función de ballet más. Y la expectativa, el trabajo, la adrenalina y la ilusión, van de la mano.  


Ayer, una hora antes del ensayo general (con público), el subsuelo lucía como un hormiguero de gente trabajando: que sujetar el vestido, que poner bien las pelucas, que fijar los accesorios... La propia Segni supervisaba cada detalle, con impenetrable concentración. Tranquilas, las chicas que ya estaban listas, provenientes de diferentes institutos y ahora compañeras en este sueño hecho realidad, caminaban por los pasillos; mientras gente de maquillaje y vestuario se esmeraba en su trabajo.  


En el foso, la Sinfónica ponía a punto los instrumentos. "Sí, es histórico para San Juan hacer un ballet con orquesta en vivo. Antes hemos hecho extractos", ratificó Emmanuel Siffert. El profesional, que cuenta con gran experiencia en la materia (por ejemplo, fue quien dirigió la Orquesta del Colón en la función despedida de Paloma Herrera), confesó a DIARIO DE CUYO que "para un director el ballet es el género más difícil, ya que no es sólo hacer un tiempo musical, sino dar a entender la energía de los pasos, la respiración, acompañar a cada bailarín". Y a su vez, sostuvo que este tipo de desafíos hace crecer aún más el ya buen nivel de la Sinfónica.  


Calladitos, ubicados en los palcos contiguos al escenario, dos grupos de niños esperaban su momento. Eran pequeños del Coro de Niños y Jóvenes de la UNSJ -dirigido por Jorge Fuentes, aunque ahora bajo la batuta de Siffert-, quienes ponen el toque casi angelical hacia el final de la primera parte (El vals de la nieve, del que hubo un "adelanto" el mes pasado en el Auditorio). "Mucha gente no sabe que El Cascanueces tiene coro de niños porque sólo está en la versión completa. El coro acentúa el mundo fantástico e infantil de la obra", explicó Fuentes, y sumó otro hito a este estreno: "Es la primera vez que este coro participa del ballet, ¡es un hecho histórico!", celebró, y contó que "los chicos están muy entusiasmados y sienten una gran responsabilidad por su participación". 


Justamente, responsabilidad, pero también alegría. Ese es el clima que se respiró ayer por la mañana. Después de meses de arduo entrenamiento, al final llegó el gran día... y -otro buen índice para la cultura local- con entradas agotadas para las tres funciones. No queda más que disfrutar, arriba y abajo del escenario.


 
Fotos: Maxi Huyema 

Tres patas de un gran espectáculo. Parte del ballet junto a los tres bailarines del Teatro Colón (centro).
El Mº Siffert al frente de la Sinfónica.
El Coro de Niños y Jóvenes de la UNSJ.  
Detrás de escena. Lidia Segni estuvo en cada detalle del armado del espectáculo.
Parte del grupo de pequeñas bailarinas y del grupo de "Copos de nieve"

 
 

Público especial


Ayer, al igual que se hizo con Traviata, el ensayo de El Cascanueces tuvo como público unos 950 alumnos de escuelas e instituciones de diferentes departamentos de la provincia, que asistieron de forma gratuita en un trabajo conjunto entre los ministerios de Turismo y Cultura, de Educación y de Desarrollo Humano.