Luego de Drácula Siglo XXI (2011), Canterville, una fantasmal comedia musical (2012) y La aprendiz del mago, un musical en Oz (2012), la primera semana de febrero subirá a escena el nuevo musical de Clann, único elenco independiente de comedia musical de la provincia, que esta vez pondrá en escena Bajo el mar, una versión del famoso cuento de Hans Christian Andersen. Derechos mediante, el público podrá disfrutar de la encantadora historia de la Sirenita y el Príncipe de Dinamarca; y de todas esas canciones que ya se ganaron un lugar en el corazón de la gente, a lo largo de varias generaciones.

Más de 30 artistas en escena -incluidos patinadores de la escuela Fantasía que dirige Ramón Córdoba (también a cargo de la iluminación)- serán los encargados de darle cuerpo a esta gran apuesta local, que tendrá despliegue de vestuario, escenografía, luces y efectos, todo "made in" San Juan.

"Estamos trabajando mucho, a conciencia y con gran respeto por el público. Y creemos que hemos logrado un producto de calidad, que no va a defraudar", comentó a DIARIO DE CUYO el director Pablo Flores Torres, quien también comparte los roles protagónicos con Gabriela Moya.

Unos 50 artistas, entre cantantes, actores y bailarines con distintas experiencias se presentaron al casting para Bajo el mar, del cual salió un elenco homogéneo, que hace meses viene dando forma a este musical, destinado tanto a chicos como a grandes, "porque la obra tiene lecturas para ambos", explica Pablo.

"Yo amo hacer musicales, es un género que me apasiona porque si bien yo vengo de la música, me permite unirla con la actuación y la danza. Es quizás un poco más complejo, también encontrar y formar actores en las tres disciplinas juntas, pero también es muy gratificante", acotó el joven realizador, quien -a raíz de su paso por Buenos Aires, donde estudió con Pepito Cibrián y se relacionó con gente del rubro- fue contactado por una productora de Perú, interesada en su trabajo.

"Me llamaron, me pidieron una muestra, les mandé y me compraron una obra inédita. Se tramita por Argentores y en mayo la estrenan con elenco peruano en la Ciudad de Huacho, adonde viajaré como invitado. Ellos me dan un porcentaje de las ganancias de cada función; van a hacer temporada allá y luego salen de gira", contó entusiasmado el artista, para quien este ingreso será oxígeno para sus arcas, luego de afrontar con su bolsillo (tiene un "home estudio" donde realiza jingles, entre otros trabajos) las inversiones que demandan sus apuestas en San Juan: en Bajo el mar, por citar el último caso, lleva invertidos unos 10 mil pesos, y por el momento sólo habrá una función. "Es costoso armar un proyecto como éste, pero es lo que amo hacer y quiero jugarme por este sueño", remató Pablo.