El organista Matías Sagreras tiene un poco más de un año como titular de la Cátedra de órgano del Departamento de Música de la UNSJ, y en el poco tiempo que ha pasado desde el regreso a la actividad ha empezado a desplegar su proyecto, que tiene como objetivo final que el órgano Walcker de 3.565 tubos del Auditorio Juan Victoria cobre vida y se integre al quehacer cultural de los sanjuaninos. Después que fue restaurado, el músico porteño participó de tres conciertos y estrechó lazos con la Orquesta Sinfónica de la UNSJ, con la que volverá a tocar mañana (ver aparte). Pero la idea del también director de música sacra de la Basílica del Santísimo Sacramento de Buenos Aires y de la Basílica del Santísimo Rosario, es apostar a que el gran órgano sea más popular, que haya músicos que se animen a planificar conciertos usando órgano y que los alumnos de la Escuela de Música puedan comenzar a estudiarlo antes; para así incrementar la matrícula de la cátedra que actualmente es de tres inscriptos después de años sin tener ninguno.


"La orquesta está extremadamente feliz", porque por primera vez en mucho tiempo el órgano y los músicos tienen la misma afinación, contó, porque cuando se realizó la restauración él pidió "que se afine el diapasón a 442 HZ que es la afinación de una orquesta del Siglo XXI". Con el órgano en excelente estado, ahora queda usarlo. "Yo quiero que se piense que el órgano es un instrumento más. Sé que el Auditorio tiene una vastísima trayectoria artística, que se hacen conciertos de música académica, popular, se hace de todo... es un centro cultural de música, porque de repente sacan un piano y suena en la semana con Beethoven y después una vidala, por decir. Mi sueño es que el órgano tenga esa misma impronta, un instrumento musical, no para la música antigua, erudita, clásica solamente. Lo que quisiera es desacralizar, en el buen sentido de la palabra, uno de los poquísimos instrumentos donde se puede hacer de todo: no hay ninguna regla religiosa que seguir, por qué no tocar Bach y por qué no acompañar música popular, o Piazzolla" sostuvo el instrumentista en diálogo con DIARIO DE CUYO.


Sagreras destacó la buena predisposición del nuevo director de la Sinfónica, el maestro Alfons Reverté Casas, que no dudó en incluir el instrumento en uno de los tres conciertos que daría en el inicio de temporada 2022.


"Él tiene mucha intención, más allá del trabajo con la orquesta, de fortalecer la presencia del órgano. Yo le expuse un poco mi proyecto, de no sólo tener la interacción de la orquesta con el órgano, sino de generar otros conciertos. Mi sueño es que el órgano del Auditorio, que fue el primer órgano laico de Argentina y uno de los primeros de Latinoamérica, que era una referencia internacional y lo sigue siendo, cobre más protagonismo" expresó, convencido de que es necesario que se animen a producir conciertos que integren al gigante Walcker. "Lo que más necesito hoy es el acompañamiento. Tengo 20 años de trayectoria musical pero 6 meses en San Juan (los primeros fueron en pandemia). Necesito conocer la cultura sanjuanina, los ritmos de vida y sobre todo que quienes realmente timonean este gran barco del Auditorio me acompañen. Hablo del ministerio de Turismo y Cultura, del director del Auditorio (García Gómez) con el que tenemos una relación maravillosa y con el cual no dudo que vamos a ir fortaleciendo una confianza que permita decir 'Matías, vení, vamos a hacer un concierto con una cantante cuyana', por decir algo. La idea es que se piense el órgano a un nivel más popular. Así como una guitarra o un piano o un violín pueden estar en música barroca, un tango o una chacarera, por qué no pensar el órgano de esa misma manera, porque se puede, ya lo hice: en 2018 toqué con Patti Smith (NdeR: la llamada 'madrina del punk') en el CCK. Es cuestión de abrir un poco la cabeza y de animarse. Es mi llamado a que me acompañen a darle un enfoque nuevo, como instrumento laico que puede abarcar cualquier tipo de género" insistió. 


En cuanto a la Cátedra de órgano, es toda una novedad, como se mencionaba más arriba, que tenga alumnos, algo que no ocurría hace años. Pero en el mismo plan de bajar del pedestal al instrumento, Sagreras consiguió que le den vía libre para que alumnos más chicos comiencen su estudio. "Tenemos la posibilidad de incorporar el órgano en el preuniversitario, para que chicos de 10, 12, 15 años puedan estudiarlo. Siempre estuvo sólo en el nivel universitario y en el último modulo del preuniversitario, vale decir si tenés 10 años y tenías que estudiar piano hasta los 17 para hacer los primeros meses en el órgano. Me parece que si hay alguien con la inquietud a los 10 o 12 años, decirle que tiene que esperar 5 o 7 años para sentarse en la consola del órgano del Auditorio, es un crimen", opinó el organista, dispuesto a poner gran Walcker sanjuanino en el centro de la escena. 

  • Segundo concierto de la Sinfónica

Mañana a las 21.30 será el segundo concierto de la Orquesta Sinfónica de la UNSJ, el primero del año que suma órgano, por lo que también tendrá en escena al organista Matías Sagreras, con dirección del maestro Alfons Reverté Casas. 


El programa incluye la obra Peleas y Melisande op. 46 de Jean Sibelius y la Sinfonía Nro. 3 con órgano op. 78 de Camille Saint-Saens. Sobre esta pieza en particular, Sagreras destacó que fue especialmente compuesto para repertorio de salas donde le da gran protagonismo al instrumento. "Es una de las obras orquestales más conocidas importantes de repertorio que incluye órgano; necesita de un órgano que compita con la orquesta y en el último movimiento es tan solemne y tan importante que parece que fuera una obra dedicada al instrumento. Esta Sinfonía fue pensada por el compositor para estos instrumentos que no son de iglesias sino de auditorios y teatros, que empezaron a surgir en francia hacia 1870. Es música laica, sinfónica, que incluye órgano y la exigencia que le otorgó a esa Sinfonía es que se haga en una sala con órgano de tubos, que no era cualquier lugar. Saint-Saens estaba en el movimiento de organistas de París, que componían para la primera sala de conciertos de este tipo fue la sala del Trocadero", describió el instrumentista.