Desde 1999 hasta el presente, se desarrolla un hecho artístico que, de hecho, se transformó en una tradición especial para la comunidad de Villa Independencia. Cada mes de diciembre, el pueblo se reúne en el salón comunitario para disfrutar del largo trayecto realizado a lo largo de un año en los talleres artísticos coordinados por la Fundación Sólo Dios Basta. Desde los abuelos, hasta los nietos y otras familias provenientes de latitudes como San Martín, Las Chacritas y de la propia localidad de Caucete, celebran con mucho sentimiento la muestra anual que conjuga la música, el teatro, la plástica, la danza, el canto y otras disciplinas en un espectáculo integral. La comunidad se siente protagonista activo de la fiesta, ya los propios espectadores (los vecinos) colaboran en preparar este acontecimiento cultural.

Esta vez, Don Sixto Benjamín Lorenzo Valdez -el clásico títere que oficia de maestro de ceremonias- regresó de su largo viaje por la Villa Independencia (sucedió en la edición anterior en la obra llamada "El Camino de Sixto") y presentó todo lo que se trabajó en los talleres con los niños, jóvenes y adultos. Frente a la Plaza San Martín, la intervención tuvo lugar más precisamente en una de las calles principales donde hubo colorido de luces, escenografía, un toque rústico y rural en la estética de la puesta. Durante la apertura del show, se proyectaron cortos y tras el relato de Sixto, vino después la hora musical con la Orquesta Infantil y el Ensamble de Música Popular del profesor Daniel Peliche. Se pudo apreciar melodías conocidas tales como "Himno a la alegría" de Beethoven, "Un viejo blues", del mítico rockero Pappo, "La Cumparsita", "Carnavalito", entre otras obras.

Luego vino el turno para el teatro, donde uno de los elencos presentó un fragmento de la obra "El Conventillo de la Cenicienta" (la obra completa se verá mañana gratuitamente a las 20 en el mismo lugar). Más la entrada coreográfica del Ballet de Tango dirigido por Yanina Ochoa.

Sobre el final, el Coro Intitaki interpretó "Juntos a la par" acompañado por varias personas del público y como broche de oro, hubo villancicos navideños.

Un total de 17 profesores y 180 integrantes brindó una vez más, una noche alegre y espiritual para la pequeña comunidad caucetera que respira arte por doquier.