Un "sanjua" en el Ballet del Colón
El artista oriundo de Angaco ingresó al cuerpo de baile tras superar una exigente audición.
El artista oriundo de Angaco ingresó al cuerpo de baile tras superar una exigente audición.
Cada 3 o 4 años se hacen audiciones para formar parte del Ballet del Teatro Colón. La de este año tenía unos 250 aspirantes a los 24 cargos vacantes, y entre ellos estaba Sebastián Bustos, el bailarín sanjuanino que por primera vez aplicaba para ser parte del cuerpo estable. El ambiente le era familiar, ya que el muchacho de 22 años cursa el último del Instituto Superior de Arte del máximo coliseo argentino y ha trabajado como figurante o refuerzo en algunas obras. De igual modo, los nervios estaban ahí, así que trató de controlarlos y manejar su energía para dar lo mejor y que no afectaran esta gran oportunidad. Detrás se amontonaban los sueños del menor de los Bustos, una familia trabajadora de Angaco -mamá cocinera en una clínica, papá empleado de una bodega, y dos hermanos- a quien esta vez mantuvo al margen para no generar expectativas. Y también desembocaban allí muchos meses de entrenamiento y preparación con un grande, Alejandro Totto, ex primer bailarín, maestro del ballet, repositor y ensayista del Teatro Colón. Con él y con la bailarina Milagros Díaz se tomó una foto que publicó en su cuenta de Facebook junto a una significativa frase: "Ha llegado el momento'. No dio más detalles, estaba listo.
La audición duró dos días. En el primero, una clase de tres instancias, cada una eliminatoria: barra, centro y variación. El sanjuanino logró superarlas y por eso pasó al segundo día. En la "demostración artística' debía elegir, de entre las opciones que le daban, una variación de repertorio clásico; y luego la ronda de partenaire con una bailarina. Solo 36 llegaron hasta el final. El 30 de agosto, Sebastián volvió a la red social: "Lo logréeee! Estoy muy feliz de formar parte del Ballet Estable del Teatro Colón' escribió el joven que comenzó bailando folclore a los 10 años y a los 14 cambió de rubro: estudió en el Estudio Coreográfico Argentino y en el Instituto Ballerinas, a los que siempre agradece la base y las herramientas que le brindaron.
"Por supuesto que era mi gran objetivo poder entrar, solo que no pensé que ahora llegaría el momento... Nunca me imaginé que iba a quedar porque sabía que iba a venir mucha gente talentosa. Simplemente no iba con la cabeza en ganar, solo quería que me vieran y poder obtener algún contrato y poder trabajar ahí', contó a DIARIO DE CUYO el joven que estuvo en el ballet nacional que comandó Iñaki Urlezaga y que fue becado en la Fábrica de arte de Maximiliano Guerra; y que entonces sí corrió a contarle a los suyos.
"Fueron muchas las sensaciones, pero la primera fue felicidad absoluta por saber que por fin trabajaré de lo que más me gusta hacer y en tan hermoso teatro. Y también es un alivio enorme en lo económico, ya que varias veces dependía de mí viejos. Teniendo ellos varias cosas de qué ocuparse, aún así siempre me ayudaron con lo que podían y me pone muy feliz que ahora yo voy a poder ayudarlos a ellos. Se gana bien y me permitirá vivir mejor que ahora, tener una mejor calidad de vida', se explayó Sebastián; decidido a disfrutar todo lo que se viene y ansioso por el nombramiento en el cuerpo de baile, el primer escalón de la compañía.
"No hay algo en particular que me entusiasme de todo esto, es todo, poder bailar en uno de los teatros más lindos de mundo... Es una responsabilidad enorme formar parte de esta compañía... Aprenderé cada día a ser más profesional como bailarín para salir mucho más tranquilo al escenario y que el público vea eso y disfrute el show', expresó Sebastián, pleno con su sueño entre las manos.