La mayoría de los artistas tienen a sus padres lanzando ondas positivas desde las butacas, en el caso de Susana Castro, sus "viejos" estuvieron repartidos entre el público y el escenario. En esta ocasión con "Lágrimas para cantar tangos con erre", la jachallera cumplió su deuda pendiente de editar un disco de 2×4 en homenaje a su papá -"Don Negro", como le llaman sus amigos- que la impulsó a cantar cortes y quebradas y también a su mamá Chela, quien relegó su carrera musical por su familia y esta vez se animó a hacer dueto con ella.

Frente a una importante concurrencia, el sábado, la reconocida artista del pueblo del Norte se presentó en el Teatro Municipal de Albardón a beneficio de la Escuela Villicum. Allí, dejó en claro que no sólo es una gran intérprete folclórica sino también una "bacana" de la música ciudadana.

Codo a codo con su madre y su hermana Laura -que también la acompañó en escena-, la vocalista recorrió gran parte de su sexto álbum bajo la atenta mirada de su "viejo", ese hombre que el 19 de marzo cumplió 80 años y la siguió desde la platea, orgulloso de escucharla cantar los tangos que él tanto deseó que se animara a hacer suyos algún día.