Con pose guerrera, la tiara en su cabellera morena, su armadura, los brazaletes dorados y el mágico lazo de la verdad, su mirada de orgullo y llena de valor; Gal Gadot se metió en el personaje de Diana, la Mujer Maravilla, aquella mítica amazona del universo de DC Comics; y desde que se metió en su ajustado traje, su vida cambió, el personaje de la sensual luchadora marcó un antes y un después en su carrera.  

La impronta de una mujer bella, fuerte y justa, que siempre está del lado del bien y que resulta ser libre de todo intento de dominación o sometimiento masculino; es lo que Gal dice que la identificada con su personaje.  

"Yo creo que la Mujer Maravilla es un ícono feminista, pero muchas veces pasa que hasta las mujeres se ponen a la defensiva cuando escuchan esa palabra. Ser feminista tiene que ver con las elecciones que uno toma, la libertad y la igualdad. No debería ser una palabra que meta miedo", expresó Gadot a Clarín, en Los Ángeles. 

La nueva Mujer Maravilla confesó que ella no creció con pósters en su habitación, ni era gran seguidora de los cómics, pero recalcó que le encanta lo que la Wonder Woman representa para las nuevas generaciones.  

"Su mensaje es el de volver a los valores simples, los más importantes, el amor, la compasión, la equidad y la tolerancia. Y bien que necesitamos reflotarlos ahora con el mundo como está", manifestó la modelo. 

La bella morocha israelí, de 32 años, fue Miss Universo, participó en la revista Maxim en la serie Mujeres del ejército israelí, tuvo un papel destacado en Rápidos y Furiosos 8. Además, el año pasado, fue nombrada embajadora honoraria para el empoderamiento de las mujeres y niñas de las Naciones Unidas. 

Ahora, al recrear a la heroína a la que dio vida Lynda Carter en la serie de televisión de los ’60, su popularidad aumentó.  

Pero así como la ve, la chica ya tiene dueño. Está casada con el empresario Yaron Versano, con quien tuvo 2 hijas: Alma y Maya. Encima, es una de las actrices mejor pagadas de Hollywood y una de las modelos más cotizadas en Israel. Una diosa completita, ¿no?