El activo y numeroso clan Kardashian-Jenner siempre da que hablar, y esta vez la que saltó a las tapas y portales fue Kourtney, hermana mayor de Kim y Khloé (también de Robert). Resulta que mientras transita la cuarentena en el castigado país del norte, precisamente en la soleada California, la morena de ascendencia armenia se tomó una foto tendida en una reposera a la orilla de su piscina, con un diminuto bikini -de esos que tanto les gustan, anotan los observadores- que dejó ver un detalle revelador para sus seguidores: una pancita un poquitín abultada. "¡Está embarazada otra vez o subió de peso!", se armó el debate, por el que transitaron opiniones de consecuente admiración y otras casi lapidarias. Y la que decidió salir al cruce del sesudo y productivo entuerto fue la misma Kourtney, quien le bajó el tono a la polémica sin sudar una gota. 


Con total naturalidad y sin mostrarse ofuscada ni nada por el estilo, la actriz, influencer y empresaria que hace un mes cumplió 41 años y que es mamá de Mason Dash (2009), Penelope Scotland (2012) y Reign Aston (2014), les dijo a todos en la sección de comentarios que, considerando esos "detalles" como la edad y la maternidad, no siempre se puede tener el cuerpo de sus años mozos. Y no se quedó ahí, porque dejó clarito que no le importa un pepino. "Esta soy yo cuando peso unos kilos de más. Y me encanta", afirmó. "He dado a luz en tres maravillosas ocasiones y esta es la forma de mi cuerpo", redondeó sin más. Tomá mate.