El Teatro Municipal y sus alrededores se convirtieron ayer en una pasarela de artistas. Gente de todas las edades, hombres y mujeres, profesionales y amateurs se apostaron en la puerta para conseguir el pasaporte que los condujo al casting de Talento Argentino. La convocatoria fue, sin dudas, una de las que más atrajo a los sanjuaninos, quienes a lo largo del día pusieron toda la carne en el asador. Entre mates y guitarreadas, la vigilia comenzó desde las 2 de la madrugada. Protegidos de la lluvia en el hall del Municipal, los participantes se amucharon para hacer el aguante y asegurarse los primeros lugares.

"Me imaginé que iba a haber mucha gente porque ya pasé por el casting, pero cuando se hizo en Mendoza", contó Leandro Illanes, un bailarín de árabe que ocupó el sexto lugar de la larga fila, que se extendió por calle Mitre al oeste y doblaba por Mendoza.

Paisaje curioso para los ocasionales transeúntes, los bancos de la Plaza 25 de Mayo se transformaron en los camarines de los artistas, mientras que las veredas fueron por un rato las "salas" de ensayos para quienes preparaban sus números para esta ocasión. No importaba la "eterna" espera. La meta era llegar hasta la cámara que aguardaba en el interior del teatro. Y para eso, los sanjuaninos se fueron bien preparados, ya que cargaron desde banquitos para poder descansar hasta las canastas provistas de mate y diferentes menúes para la hora del almuerzo.

Adentro, habían dos espacios en los que los concurrentes se alistaban para para las audiciones. En el foyer, las bandas de rock acomodaron sus instrumentos y conectaron sus amplificadores para probar repertorio. A tal punto fue la previa que se adueñó del lugar, que los pibes llevaron hasta hinchada propia que los alentó antes de pasar a la prueba. Por otro lado, el fondo de la sala principal que incluye el escenario también sirvió para repasar las propuestas a los que estaban a punto de subir a las tablas.

Bailarines de todas las ramas, patinadores, magos, cantantes de distintos géneros y un sin fin de talentos varios pasaron la prueba de fuego y dejaron lo mejor de ellos, con la esperanza de superar esta instancia que los productores del programa que conduce Mariano Peluffo registraron desde temprano (y que será analizada en Buenos Aires). Claro, que la cámara no grabó los más de 350 números (entre presentaciones individuales y grupales) que se habían anotado hasta el mediodía, ya que la luz roja se prendió sólo para las mejores performances y las menos trilladas. De todas maneras, nadie quiso dejar pasar la oportunidad y la ansiedad se mantuvo viva en todo momento.

"Más que quedar seleccionados, nos interesa mostrar los temas propios de nuestra banda, que nos conozcan y que vean lo que hacemos", contó el baterista de De Vitruvio, sin perder el entusiasmo.