Canchero, simpático, risueño, distendido. Con toda la onda y dispuesto a todo, Francisco De Narváez inauguró el jueves por la noche el segmento "Derecho a réplica", con el que Marcelo Tinelli propone un "enfrentamiento" entre los personajes que animan Gran Cuñado y aquellos políticos a quienes imitan; y que el lunes próximo recibiría a Daniel Scioli. El para nada casual debut con De Narváez -quien apenas comenzó Gran Cuñado ya se manifestó muy divertido con su clon y la parodia- apareció, más allá del show en sí, más bien como una buena editorial del conductor, que recibió a la visita con una catarata de elogios, hizo ostentación de su sentido del humor y subrayó que "aunque algunos no lo entiendan así" (en clara alusión al entorno K y a Julio Cobos), no hay más intenciones que hacer humor y que "esto le hace muy bien a la democracia".

El candidato de la Unión Pro -vestido exactamente igual que su imitador, Roberto Peña- ingresó al piso con la valija al hombro y luego de la bienvenida y la declaración de Tinelli, contó cómo se sintió la primera vez que vio la parodia: "Me reí mucho", resumió con beneplácito, confesó que se reconoce "demasiado" parecido a su clon y opinó que el sketch "humaniza" a los políticos.

"A algunos no les ha caído demasiado bien esto, pero tenemos que tener la capacidad de reirnos de nosotros mismos", agregó en sintonía con Tinelli, que asentía cada palabra.

A lo largo de su participación, De Narváez protagonizó desde un duelo de risas hasta una coreo de reggaetón a dúo; jugó con su sosías -al que él incluso imitó varias veces tirando frases como "Tengo un plan", o "alica, alicate"- y tuvo un breve diálogo con los sentenciados que estaban en el piso: Cristina, Luis, Alicia, Cobos y Juez, quien finalmente fue el eliminado.

Como era de esperar, el cruce más picante fue con la Presidenta -encarnada por Martín Bossi-, que se encargó de hacer el necesario contrapunto (ver aparte). Con su postura desafiante y autoritaria, subrayó las similitudes entre De Narváez y Tinelli, incluidos los tatuajes; defendió a su marido y retó al empresario de origen colombiano a una suerte de duelo electoral el 28 de junio.

La emisión -donde también sobresalió un Julio Cobos atlético y lúcido, exaltado como nunca al enterarse que volvía a la casa tras su primera sentencia; y que contó con otros segmentos de humor- le deparó a Tinelli un promedio de casi 23 puntos de rating, que si bien no alcanzaron para ser lo más visto del día (lugar que quedó para la tira Valientes, con 24.3), se ubicó segundo, remontó un poco respecto de la emisión anterior y fue suficiente para vencer a la competencia.