Mozart, que creció junto a la música de Johann Christian Bach, sólo conoció la música de su padre Johann Sebastian y la de Haendel cuando se la ‘presentó‘ El barón Van Swieten. Compone pues una Fuga para dos pianos (K.426) y más tarde la instrumenta para cuerdas y le agrega un adagio. De esta manera El ‘Adagio y Fuga‘ K.546 es su simple homenaje a J.S. Bach. L.V. Beethoven en 1806 componía casi simultáneamente sus cuartetos ‘Razumovsky‘ (Op 59), su Sinfonía Nº 4 (Op. 60) y su 4º concierto para piano (Op.58).
Sus Sonatas (Op 56 y 57) son todavía del Beethoven ‘grandioso‘ y de allí en más apunta a un modo más lírico, reflexivo y sereno con cualidades casi de música de cámara. Apropiada pues -aunque sin vientos ni percusión- a este conjunto que nos visitó. Si la 4º Sinfonía era algo ‘haydiana‘, éste 4º concierto es más ‘mozartiano‘ (y de nuevo: con un conjunto ‘salzburgués‘).
1 – Allegro moderato: Las 3 corcheas iniciales -muy suaves- las asociamos al inicio de la 5º Sinfonía. Un biógrafo -Schindler- afirma que Beethoven había dicho: ‘Así llama El Destino a la puerta‘. Pero Heinrich Shenker comenta con ironía: ‘Comparando ambos toques, ¿Fue otra puerta a la que llamó El Destino o era otra persona llamando a la puerta? porque El concierto es mucho más suave.
Después de una ‘cadencia‘ -El piano solo- una vez retomada la Orquesta y a diferencia de lo acostumbrado hasta entonces donde El piano terminaba y la Orquesta hacía El final ‘a toda orquesta‘, ambos, piano y orquesta terminan juntos. 2- Andante con moto: Diálogo muy particular; El piano canta con mucha suavidad y la orquesta responde agresivamente. 3- Rondó vivace: Radiante júbilo (me llama la atención un ‘glissando‘ de las manos pasando sobre todas las teclas casi como en jazz o… ¡ tango!). Otra ‘cadencia‘ y de nuevo terminan juntos solista y orquesta. Una cadencia sirve para que se luzca El solista (que en su momento podía ser El mismo compositor), pero Andreas Klein se ‘lució‘ en todo momento. Si ‘Klein‘ significa ‘pequeño‘… ¡él es definitivamente un ‘Grande‘!
La ópera italiana se iniciaba con El telón bajo y la orquesta en El foso tocando la ‘Obertura‘ (El viernes pasado escuchamos una típica obertura italiana de Rossini). Wagner, en cambio -salvo en su ópera ‘italiana‘ Rienzi- no tiene oberturas sino ‘preludios‘. Tristán e Isolda es El ‘anhelo hecho música‘, conmovedora y emotiva. Debió introducir innovaciones armónicas e ideas melódicas novedosas. El suavísimo ‘motivo‘ inicial encierra la tortura del amor y luego un 2º motivo y un tercero que une a ambos para expresar la ‘Mirada‘ recíproca. Cada motivo tiene un significado propio y alcanza un punto culminante como una tormenta de pasión.
Dimitri Shostakovich (1906-1975) compuso 15 sinfonías pero en los últimos años se dedicó más a la música de cámara. La Revolución Bolchevique se produjo cuando tenía apenas 11 años y El régimen lo tuvo ‘debajo‘ toda su vida. Su Cuarteto Nº 8 data de 1960 y hace referencia a varias de sus obras anteriores; -1º y 5º Sinfonías, 1º concierto para cello, entre otras-. Stalin había muerto en 1953 y se le habían levantado sus acusaciones y prohibiciones pero en 1958 se le declara poliomielitis, curiosamente se adscribe El partido comunista (aún no había llegado la ‘Glasnost‘ de Brezhnev). El Cuarteto es quizá una respuesta a sus crisis personales, incluso se habla de un deseo de suicidio. Pero un discípulo -Barshai- lo transforma en una Sinfonía de Cámara Op 110.
1-Largo
2-Allegro: ¡Fuerza brutal!
3- Allegro: Es como un pequeño vals. Shostakovich es maestro en melodías rápidas aunque esta es una dulzura ‘amarga‘ .
4- Largo: ¡Tres acordes ‘salvajes‘! De las varias interpretaciones que se han dado una sería la de los ‘golpes nocturnos en la puerta‘ por parte de la policía de Stalin o la KGB. Ya había muerto Stalin pero… esto ‘marca‘ así todo El Movimiento y casi toda su vida. Sigue un canto de la revolución: ‘Exhausto por la dureza de la prisión‘ y un aria de su ópera Katherina Izmailova.
5- Largo: se vuelve al inicio pero resignado y se entiende… Alistado al partido, con poliomielitis y… ¡casado por tercera vez!
¡Brillantísimo inicio de la Temporada del Mozarteum! Comenzamos con un ‘Adagio y Fuga‘ del más célebre salzburgués a cargo de un conjunto de solistas de Salzburgo -aunque muy ‘universales‘: Georgia, Australia (con nombre chino), Francia, Rusia, Italia, Polonia, España, Austria (¡sería El colmo que no hubiera nadie de Austria!), Rep. Checa y Brasil. Y para El final 2 ‘bises‘ (¿un ‘bis-bis‘?) con ‘Fuga‘ y Misterio de Piazzolla increíblemente bien ejecutado. Como broche, El único varón violinista -eran todas violinistas mujeres- El brasileño Moisés Iraja Dos Santos dejó su instrumento y al son de una melodía brasileña tomó una pandereta y bailó, se contorneó, intentó ‘seducir‘ a algunas colegas (de manera mucho más divertida que Tristán con Isolda). Es difícil describir El derroche de gracia y simpatía suyos y de toda la orquesta. Sé que la melodía es brasileña pero no entendí bien a quien pertenece… termina con… ‘iño‘, como muchos músicos cariocas. ¡Mozart estaría chocho!

