Luego de una gastroenteritis que lo tuvo fuera de circulación dos días, tras los cuales se tomó un avión a Miami para descansar y ver el plató tinelliano desde afuera; el lunes regresó Fort al estrado del Bailando, y volvió a ser protagonista. Y no sólo por sí mismo -que bastante bien se las arregla solito, más ahora sin la sombra de la "mimosha" Coki en el piso- , sino también por sus criaturas.
Luego de reírse de su ausencia; en su puesto, hizo más que puntuar a los participantes. No sin destacar previamente que el resto de sus colegas no lo merecía, regaló a los productores estrella del ciclo, un costosísimo Rolex a cada uno -el Chato Prada y Federico Hoppe-.
La que quedó pagando (Parte I) fue la Alfano, que quiso meterse pero Tinelli la sacó carpiendo. No obstante, la rubia volvió a ser blanco de cámaras cuando Fort la delató diciendo que ella tenía una foto de él, de hace algunos años, disfrazado de marinerito y con tacos. Entonces el ricachón la desafió a mostrarla en cámara -cosa que ella no hizo-, la tildó de mala persona y le dijo que nadie la quiere, ante lo que ella pidió la intervención de Marcelo, porque él la había amenazado de muerte al oído. "Yo no escuché nada Graciela", dijo Tinelli con cara de pocker, lo que ofuscó a la diva (desaire Parte II). Todo eso fue antes que Ricky puntuara a su ex, Erika Mitdank, quien hizo un osado reemplazo en el caño, caracterizada como Eva y luciendo el regalo que le hizo su ex: un par de boobies impecables, apenas pintaditas con un par de hojas. ¿Hay que decirlo? Showmatch volvió a ser lo más visto, superando las 30 unidades de rating.

