La boda de Nicolás Cabré y Rocío Pardo se transformó en uno de los acontecimientos más destacados del espectáculo argentino, tanto por la unión de dos figuras reconocidas como por la originalidad y el encanto de la celebración.
El sábado 6 de diciembre de 2025, la pareja eligió la Estancia Bosque Alegre, un entorno natural cerca de Villa Carlos Paz, en la provincia de Córdoba, para celebrar una ceremonia íntima y cargada de detalles únicos. La publicación de un álbum fotográfico en redes sociales permitió a sus seguidores asomarse a los momentos más emotivos y originales de la jornada, en la que Rufina Cabré, hija del actor, tuvo un rol central.
“Mucha felicidad y amor. Gracias a todos los que fueron parte de un día tan especial. Fue mágico”, escribió la pareja en posteos conjuntos desde sus cuentas de Instagram en donde compartieron la felicidad de una boda inolvidable.
La ceremonia y la fiesta se desarrollaron en un ambiente campestre, rodeado de árboles centenarios y una laguna, donde la naturaleza fue protagonista. La ambientación apostó por la sencillez y la calidez: arreglos florales en tonos suaves, mobiliario de madera, textiles livianos y una paleta cromática neutra crearon una atmósfera armónica y relajada. La celebración, que reunió a un centenar de invitados entre familiares y amigos cercanos, se mantuvo en estricto hermetismo hasta la publicación de las imágenes, que rápidamente se viralizaron y recibieron una avalancha de mensajes de cariño.
El álbum de fotos compartido por el actor y su flamante esposa capturó la esencia de la jornada: sonrisas, abrazos y miradas cómplices entre los protagonistas y sus seres queridos. Las imágenes mostraron a la pareja radiante, disfrutando de cada instante, y a Rufina acompañando a su padre al altar, en uno de los momentos más emotivos de la noche. Los recién casados resumieron sus sensaciones en las redes con palabras de gratitud y felicidad, describiendo la experiencia como “mágica” y “un sueño”.
El look de Rocío Pardo fue uno de los grandes focos de atención. Para la ceremonia, la actriz, bailarina y directora teatral confió en la diseñadora Ana Pugliesi, quien creó un vestido minimalista y sofisticado en piel de ángel de seda natural, de silueta sirena y escote drapeado. El conjunto se completó con una capa de crepé liviano, un velo largo y un ramo de calas blancas, en sintonía con la estética limpia y contemporánea del evento. El maquillaje y los accesorios se mantuvieron en una línea natural y refinada, mientras que el cabello suelto y lacio reforzó el aire fresco y romántico. Para el baile, Pardo sorprendió con un cambio de look: un vestido corto y sandalias personalizadas con las iniciales de la pareja y un corazón rojo, aportando un toque lúdico y personal a la celebración.
Nicolás Cabré optó por un traje de lino beige, camisa blanca y pañuelo al tono, apostando por la elegancia y la frescura. El dress code de la fiesta acompañó la ambientación natural: los hombres vistieron en tonos beige y las mujeres en marrón, logrando una imagen armónica en las fotos grupales y reforzando la impronta campestre y relajada del evento.
Rufina, la hija de Cabré, tuvo un papel destacado durante toda la celebración. No solo acompañó a su padre al altar, sino que también lució un vestido a tono con el de Rocío, participando activamente en los momentos clave de la fiesta. La presencia de la niña, fruto de la relación anterior del actor con Eugenia Suárez, fue celebrada por los invitados y quedó reflejada en las imágenes compartidas por la pareja.
El curioso ritual que hizo Nicolás Cabré con Rocío Pardo en su boda
Entre los posteos que compartieron en las redes sociales, llamaron la atención con una foto en la que mostraron el curioso ritual que hicieron.
Los usuarios de Instagram colmaron de comentarios la publicación para preguntarle al flamante matrimonio de qué se trataba esta ceremonia que practicaron con una soga entre sus manos.
“El ritual de la foto, ¿alguien me lo explica?“, comentó una de las internautas. Al instante recibió mensajes de otras personas que tenían la misma curiosidad y una usuaria respondió que se trataba del ”handfasting”.

Tal como se puede leer en diferentes sitios, esta práctica celta también conocida como “atadura de manos” simboliza la unión y el amor eterno de la pareja.
En la foto que compartieron, aparecen Nicolás y Rocío mirándose a los ojos con una soga verde y blanca que une sus muñecas. Además, están ubicados en medio de un círculo, rodeados por sus seres queridos, al aire libre y en contacto con la naturaleza.
El propósito que plantea este ritual celta no solo es unir a dos personas físicas, sino a sus almas que se encontraron para convertirse en una. Si bien se trata de una ceremonia ancestral, se puso de moda en este último tiempo como parte de las bodas.

