Aunque los historiadores creen que Charles Darwin (1809-1882) murió por problemas del corazón, nuevos indicios relacionan ahora esta insuficiencia cardíaca con el mal de Chagas, que el naturista contrajo en su viaje por Sudamérica.

El bicentenario del nacimiento de Darwin ha vuelto a poner sobre la mesa la idea de que el autor de "El origen de las especies" (1859) arrastró durante su vida las secuelas de esta patología parasitaria, transmitida por la picadura de la vinchuca -portador del parásito Trypanosoma Cruzy, causante del Chagas- cuando recorría El Chaco argentino en 1834.

La picadura y sus síntomas posteriores, que ahora se cree estaban relacionados con el Chagas, quedaron recogidos en el diario de salud que Darwin, un gran hipocondríaco, mantuvo en su viaje a bordo del Beagle, que marcó la vida del naturista y de la ciencia, ya que fue la base de su revolucionaria teoría evolucionista. Así lo explicó Jordi Serrallonga, investigador del Parc Científic de Barcelona, tras participar recientemente en una jornada organizada por CosmoCaixa con el título "¿Quién mató a Darwin?.

Aunque la muerte de Darwin por Chagas era una posibilidad que algunos científicos rechazaban porque el naturista anotó en su diario que tras la picadura tuvo fiebre muy rápidamente, y ese síntoma no se asociaba entonces al mal, estudios actuales realizados por el Clínic de Barcelona indican que hay casos en los que sí es habitual esta sintomatología en la fase inicial, afirma Serrallonga.

De hecho, el propio Darwin nunca creyó que sus problemas de salud tras el viaje con el Beagle, que casi le recluyeron en su casa de campo hasta el final de su vida, tuvieran que ver con alguna enfermedad contraída en su aventura de ultramar.

Otras teorías alentaban esta idea asegurando que los problemas de salud del biólogo inglés fueron en muchos casos psicosomáticos. Sin embargo, explica Serrallonga, un análisis de aquellos síntomas, sobre todo sus continuos vómitos y náuseas hacen indicar que el Trypanosoma Cruzy corría por su cuerpo.