Benedicto XVI pasó sus primeras horas como Papa emérito ‘muy distendido y sereno‘ en la residencia de Castel Gandolfo, donde se dedicó a rezar y ver los noticieros por TV, según informó ayer el Vaticano, un día después de su renuncia. Además, el alemán Joseph Ratzinger dedicará los próximos días a hacer lecturas de espiritualidad, jornadas de reflexión y a tocar el piano, una de sus pasiones.
Así lo informó en el primer día de sede vacante el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, quien señaló que el pontífice emérito ‘descansó bien y amaneció muy sereno y con una gran paz interior que se mostraba en su rostro‘.
El portavoz del Vaticano, mantuvo ayer por la mañana una comunicación telefónica con el secretario privado del papa emérito, Georg Gänswein, quien lo acompaña en su estadía en Castel Gandolfo.
‘Me dijo que estaba muy distendido y sereno, que anoche, después de la cena, vio algunos noticieros de TV y valoró la labor informativa y cómo se están cubriendo estas jornadas tan emotivas‘, precisó Federico Lombardi.
Benedicto XVI se trasladó el jueves a Castel Gandolfo poco antes de su renuncia, y permanecerá en ese palacio durante los próximos dos meses hasta establecerse en su residencia definitiva, un monasterio en los jardines del Vaticano que está siendo refaccionado.
Tras la cena, Ratzinger salió a dar una vuelta por las galerías internas de la residencia, que dan a un lago, y ayer se levantó a las 7, celebró misa, leyó el breviario, desayunó y pasará una jornada de reflexión, dijo el vocero vaticano.
Las próximas jornadas el papa emérito se dedicará a la oración -le gusta rezar el rosario caminando por los jardines de la residencia- y a hacer lecturas espirituales.
Lombardi contó que se llevó libros de ‘teología, espiritualidad, de historia de la Iglesia y general‘, y mencionó uno en particular, ‘Estética teológica‘, del teólogo Hans Urs von Balthasar.
El secretario privado también le contó al vocero que en los últimos días, antes de la renuncia, el pontífice emérito se dedicaba a tocar el piano, ‘lo que refleja la serenidad de su ánimo‘ y que seguramente lo continuará haciendo.
La avidez de los periodistas que cubrieron la rueda de prensa los llevó a preguntar hasta qué había comido en el desayuno.
‘Confieso que no lo sé‘, respondió entre risas y muy distendido Lombardi, a pesar de las jornadas agotadoras de estos días.
Por último, dijo que Ratzinger ahora usa alguno de los anillos que le habían regalado cuando era obispo y cardenal, luego de que el Anillo del Pescador -que usan los sumos pontífices- fuera inutilizado, tras su renuncia. Fuente: Télam