Si Dilma Rouseff ganara las elecciones, sería la decimoprimera presidenta en la historia de América. En el continente, la historia de las jefaturas de Estado encabezadas por mujeres tiene su origen en la argentina María Estela Martínez, que en 1974 asumió la presidencia tras la muerte de su esposo, el ex mandatario Juan Domingo Perón. La segunda presidenta americana fue la boliviana Lidia Gueiler, que era presidenta de la Cámara de Diputados antes de asumir en 1979 tras un sangriento golpe de Estado.
La tercera de la lista es la haitiana Ertha Pascal-Trouillot, quien era jueza de la Corte Suprema antes de asumir en 1990 tras un golpe militar. La pionera americana en derrotar a los hombres en las urnas fue la nicaragüense Violeta Barrios de Chamorro (1990).
En 1997, Rosalía Arteaga gobernó Ecuador por 48 horas, tras el derrocamiento de Abdalá Bucaram, de quien era vicepresidenta.
La guayanesa Janet Jagan, fallecida en 2009, fue mandataria constitucional de 1997 a 1999, cuando renunció al cargo por razones de salud. En 1999 Mireya Moscoso resultó presidenta electa de Panamá. La octava mujer en llevar su fuerza al Gobierno en América fue la chilena Michelle Bachelet (2006), mientras que Cristina Fernández de Kirchner asumió al año siguiente en Argentina. En febrero pasado, Laura Chinchilla fue elegida como presidenta de Costa Rica.
Unos 10 países de todo el mundo actualmente tienen jefas de Estado: Argentina, Chile, Alemania, Gran Bretaña (cuya jefa de Estado es la Reina Isabel II), Filipinas, la República de Irlanda, Islandia, Finlandia, Liberia y Bangladesh.

